miércoles, 26 de octubre de 2011

La nueva normativa de pesca de Asturias

 
 
La historia, un año más, se repite y octubre se convierte en el mes del borrador de la normativa de pesca fluvial. Medidas propuestas por la Administración para intentar buscar soluciones a la situación actual del salmón en los ríos asturianos. Sobre este borrador, Administración y asociaciones de pescadores deberán negociar y buscar el consenso y acuerdos que desemboquen en un beneficio sustancial para los ríos, los peces y los propios pescadores.
 
Es cierto que su lectura no invita al optimismo, a las asociaciones de pescadores más conservadoras les disgusta y, por el contrario, sí satisface a otras no tan conservadoras. Más de lo mismo, lo de casi siempre, debates estériles que no aportan nada nuevo ni al río ni a los pescadores ni mucho menos a los peces.
 
La situación, desgraciadamente, es la que es y no se pueden demorar las actuaciones, algo que siempre criticamos de la Administración. La desidia, la falta de iniciativas, la escasez de valentía para tomar decisiones beneficiosas aunque éstas sean impopulares. Pero en esta ocasión no podemos hacerlo. Foro Asturias, en ese sentido, es consecuente con su programa electoral y ese borrador refleja lo que ya habían anunciado. Por tanto, no es motivo de sorpresa.
 
La problemática de los salmones no se soluciona con una normativa, ni con un borrador. Es un problema enquistado desde hace tiempo, de pronóstico confuso, a lo que tenemos que añadir la escasa capacidad de los 'doctores' encargados de velar por la salud del enfermo durante los últimos 20 años.
Algunas asociaciones de pescadores han puesto el grito en el cielo con este borrador y se aventuran a pronosticar que será el fin de los salmones, algo que no entiendo.
 
Deberían explicarnos los representantes de las asociaciones qué datos manejan o qué información tienen que los demás desconocemos para afirmar que esta normativa acabara con los salmones. Sinceramente, creo que, en los últimos años, los cormoranes, la destrucción de frezas, el movimiento incontrolado de sólidos y áridos, la fluctuación del nivel del agua y el furtivismo han hecho mucho más daño que todos los pescadores en los últimos 50 años
 
Llevábamos toda la vida defendiendo que el daño que las cañas pueden hacer al río es menor. En cambio, en los últimos años, todas las medidas adoptabas seguían el mismo guión: restricciones sobre los pescadores y los días de pesca, con el consentimiento de los representantes de los pescadores.
 
Ahora todos hablan de pesca y suelta, lo que algunos denominan tortura y suelta, como si eso fuese la panacea. Debemos recordar que lo primero que deberían hacer muchos pescadores es aprender a pescar salmones para soltarlos. Algunos se pasan 'jugando' con el salmón, enganchando más de 20 minutos, para luego devolverlo al agua como si tal cosa. Seamos serios.
 
Después, otras medidas más propagandísticas que efectivas, medidas salomónicas que casi siempre se alejaban de la funcionalidad: cupos por pescador, seudo control de predadores, estudios de dudosa credibilidad, pesca comercial y demás
 
Poco a poco el pescador se ha ido alejando del río. Restricciones, cotos parciales, perdida de la cultura ribereña, como los centros de precintaje tradicionales. Trabas y más trabas. Legislar no es prohibir.
Los problemas no se abordan, preferimos el debate fácil y mediático, perdemos el tiempo en debatir cupos por pescador y río, perdemos el tiempo con repoblaciones estériles, muy validas para la foto y la publicidad, pero desgraciadamente no para los ríos.
 
El pescador de a pie tiene que demandar valentía a la Administración y responsabilidad a las asociaciones de pescadores, que a lo largo de los últimos años han trabajado mucho y bien, pero que han ido perdiendo pulso tras pulso con la Administración, dejándose embaucar con los cantos de sirena de los vendedores de humo que durante los últimos años han estado al frente del Principado, que les han engañado temporada tras temporada, que les han dividido y ninguneado.
 
¿Dónde están las medidas prometidas en el 2009 ? Les recuerdo que se hablo de vigilancia, contadores, control de cormoranes. Nada de eso cumplieron, tan solo recortes y prohibiciones.
 
El problema no esta en si 'Antón', 'Beto', 'Henry', 'El Marqués' o 'el Molineru' pescan 40 salmones en una temporada. Eso es anecdótico. Los cupos se tienen que establecer por río, nunca por pescador. El problema es lo limitados que estamos por el desconocimiento. Cómo podemos hablar de fin del salmón si además no tenemos ni un solo dato fiable que nos permita conocer la realidad de los ríos asturianos.
 
Los contadores no funcionan, no tenemos datos ni de los salmones que entran ni de los que salen, desconocemos si las repoblaciones son beneficiosas o perjudiciales, mientras que un río no sirven de nada, en otro sí, continuamos sin dotar a los ríos de vigilancia... ¿De qué sirven los cupos si los salmones que quedan en el río son furtiveados en agosto de forma impune?
 
Demasiado trabajo por realizar como para perder tiempo en debates estériles y recrearnos en falsos egos mal entendidos. Todos sabemos de pesca más que nadie pero los problemas continúan sin solucionarse.
 
Me gustaría que los representantes de las asociaciones de pescadores nos digan lo que quieren y nos expliquen por qué no se han demandado durante este tiempo medidas funcionales de la Administración.
 
Debemos recordar que son colaboradoras.
 
Es de agradecer su esfuerzo e interés por conservar el salmón, es encomiable su tesón pero necesitamos algo mas que eso, necesitamos funcionalidad y necesitamos datos objetivos que permitan actuar en una u otra dirección y esos datos no los tenemos. Ahora mismo no sabemos si lo correcto es pescar o no pescar, repoblar o no.
 
Solo si somos capaces de aunar esfuerzos y no malgastarlos de forma individual seremos capaces de recuperar el tiempo perdido, que por cierto ha sido mucho, y ver alguna luz en esta travesía que nos espera, que será larga en el tiempo y dura en el día a día.

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