jueves, 22 de diciembre de 2011

Chernóbyl: 25 años después

El dosímetro no engaña. A cien metros del reactor número 4 de la central de Chernóbil, los niveles de radiactividad superan unas 90 veces los máximos recomendados. En el accidente se liberó entre un 5% y un 20% del material tóxico que contenía el reactor. El resto sigue allí bajo un sarcófago construido en penosas circunstancias y que presenta graves deficiencias. Un colapso de la estructura tendría consecuencias mucho peores que las del propio accidente de 1986

Un hotel con mala estrella. La ciudad de Prypiat se construyó cerca de la central como residencia de los trabajadores y sus familias. Era una ciudad moderna con un índice de natalidad muy elevado. Dos días después del accidente, las autoridades decidieron evacuarla. Sin tiempo para recoger sus pertenencias, abandonaron su casas. No volvió nadie

Recuerdos de la guerra fría. En la escuela aún cuelgan carteles con las instrucciones a seguir en caso de ataque nuclear. Se puede leer textualmente: «Los maestros deben enseñar a los niños el uso de los medios necesarios para la defensa individual y las acciones a seguir durante el ataque». Al final, el enemigo no llegó de Occidente


Zonas «deprimidas». Más de cinco millones de personas viven en zonas que están contaminadas con radionucleidos. Pero la pobreza y los problemas de salud mental representan una amenaza tan grave como la propia exposición a la radiación. La catástrofe ha creado una especie de fatalismo paralizador entre los habitantes de estas regiones

Héroes que salvaron al mundo. Para que el desastre nuclear más grave del siglo XX en tiempos de paz no tuviese consecuencias planetarias, fue necesaria la intervención de los llamados «liquidadores». Más de 600.000 personas llegadas de toda la URSS contribuyeron a minimizar la tragedia, aún sabiendo que podían morir. Según datos del Ministerio de Sanidad de Bielorrusia, de 1990 al 2003 han fallecido 8.553 «liquidadores». Dos personas al día

Los más vulnerables. El museo de Chernóbil de Kiev exhibe cientos de fotos de niños afectados. Hay más de 4.000 casos de cáncer de tiroides desde la infancia


Una noria que nunca giró. El día del accidente, Prypiat se estaba preparando para las celebraciones del 1 de Mayo. El evento más esperado era la inauguración de un parque de atracciones, algo inusual en la Unión Soviética y que da una idea de la calidad de vida de sus habitantes. Pero la ciudad tuvo que ser evacuada y tanto la noria como el resto de atracciones nunca se llegaron a usar. Hoy es el símbolo mudo y oxidado de la tragedia de Chernóbil

¿Qué hacemos con los desechos? Según un reciente informe de la OMS, «aún no se ha definido un plan completo para deshacerse, respetando las normas de seguridad vigentes, de las toneladas de desechos radiactivos de actividad alta que se encuentran dentro y alrededor del emplazamiento de la central nuclear de Chernóbil». Los niveles de radiactividad son elevadísimos en toda la ciudad. En la ruinosa piscina de Prypiat las mediciones del dosímetro dentro del edificio invitan a salir corriendo de allí

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