jueves, 8 de diciembre de 2011

El AVE a Galicia va para rato


Bien es sabido que los recortes en España empezarán con Galicia y terminarán con Galicia. Así arreglaremos el Estado.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reconoció ayer que el PP -dentro del proceso de traspaso de poderes- exigió al Ministerio de Fomento paralizar adjudicaciones por 2.870 millones de euros correspondientes a las obras del AVE gallego por entender que no resulta "razonable" que los grandes contratos en infraestructuras sean adjudicados por un Gobierno en funciones. Fuentes del Ministerio confirmaron que, efectivamente, tenían previsto adjudicar esa cantidad en las dos semanas que faltan antes de que tome posesión el Ejecutivo de Rajoy.

Si con el Gobierno de Zapatero la Xunta ya sostenía, en contra del calendario de Fomento, que el AVE gallego no entraría en servicio hasta el año 2018, este será también el "objetivo" que reclamará al Ejecutivo de Rajoy. Así lo aseguró ayer Feijóo, si bien advirtió que la fecha definitiva la tendrá que confirmar todavía el Gobierno entrante, una vez que revise las cuentas del Estado, la ejecución presupuestaria y la situación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y del gasto comprometido en los contratos plurianuales ya adjudicados.

El titular de la Xunta garantizó que el compromiso de Galicia con el AVE no cambia con la llegada de Rajoy a Moncloa y que su "objetivo" es que la conexión con Madrid entre en servicio en 2018, tres años después del plazo marcado por Fomento y que el Ejecutivo gallego considera el más acertado con la información de que dispone. Por eso, Feijóo avanzó su intención de pedir una reunión con el próximo titular de Fomento para que en los primeros cien días y tras revisar la situación del ministerio y de su capacidad presupuestaria, "se pueda lanzar un mensaje de seguridad y confirmar los plazos".

En esta línea también se pronunció el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, -que compareció tras el Consello con Feijóo-, al precisar que será el nuevo Gobierno, tras analizar la situación de todos los tramos del AVE, el que tenga que "trasladar la fecha cierta de finalización de las obras".

El presidente de la Xunta rechazó "parafrasear" a Rajoy, pero recordó que estuvo con él en dos actos electorales en Galicia cuando habló del AVE gallego y que pedirá que cumpla sus compromisos. En esas dos intervenciones, el futuro presidente del Gobierno español no dio plazo para concluir el AVE, pero sí prometió concluirlo con un calendario real, pagarlo e "invertir los máximo necesario posible en el menor tiempo posible".

Feijóo añadió que el Pacto del Obradoiro fue "positivo" para Galicia, porque permitió agilizar las obras del AVE, pero que los incumplimientos en 2010 y 2011 provocaron que su conclusión se retrase, al menos, hasta 2018.

El jefe del Ejecutivo gallego también reprochó la intención inicial de Fomento de adjudicar en estas dos semanas que quedan antes del relevo contratos por 2.870 millones de euros, operaciones que fueron frenadas por el PP dentro del proceso para el traspaso de poderes. Fuentes de Fomento confirmaron que fue así, que el volumen de los contratos se movía en esas cifras y que propusieron al PP realizar esas adjudicaciones.

"No es razonable de ninguna manera, y es algo evidente, que los contratos de las grandes infraestructuras no se pueden adoptar por gobiernos en funciones, a última hora y con una urgencia que no responde a los intereses generales", argumentó Feijóo.

Fomento entregó a la comisión encargada del traspaso de poderes un listado con los contratos listos para adjudicar, entre los que figuraban 970 millones de euros en obras de plataforma del AVE gallego y otros 1.900 millones para la colocación de las vías, la electrificación, instalación de sistemas de comunicación y de seguridad y el mantenimiento durante un periodo de 20 años de las vías y las catenarias de la línea entre Olmedo (Valladolid) y Ourense.

Lo que más molestó a Feijóo fue la intención de Fomento de adjudicar los contratos para la colocación de las vías, su electrificación y el mantenimiento por 1.900 millones, entre otras cosas, porque se tratan de adjudicaciones para tramos que no están ejecutados y otros ni siquiera licitados. "¿Qué prisa hay? ¿Cuál es el interés?", se preguntó, si bien aclaró que la decisión de aplazar estos contratos no afectará a los plazos y que se debería regular con carácter general los procesos de traspaso de poderes.

Preguntado entonces sobre las obras adjudicadas por la última Xunta de Fraga en funciones, de la que era vicepresidente, Feijóo respondió de su departamento, del que dijo que solo había contratado obras "ordinarias", y que no era responsable de otras consellerías, como tampoco Elena Salgado lo es de las adjudicaciones de José Blanco.

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