jueves, 8 de diciembre de 2011

El Ayuntamiento renuncia a revisar la concesión a la Compañía de Tranvías



El gobierno local no revisará la concesión del transporte colectivo a la Compañía de Tranvías. Así lo aseguraron ayer tanto el teniente de alcalde de Movilidad, Julio Flores, como el alcalde, que aseguró que es «totalmente prematuro» pensar en retirarle a la compañía la gestión de los buses urbanos. A juicio de Negreira, lo principal es acometer una reordenación del transporte público.

En el mismo sentido se pronunció el portavoz del gobierno local. Entiende Julio Flores que el Ayuntamiento no puede romper de forma unilateral el acuerdo, aprobado por el pleno en diciembre de 1986 y que fijó el plazo de la concesión hasta el 2023. El teniente de alcalde subrayó que, de hacerlo, se tendría que hacer frente a una elevada indemnización que a su juicio no podrían afrontar en este momento las arcas municipales.

«Hemos buscado con insistencia la auditoría realizada a la concesionaria en los cuatro años del anterior mandato y no hemos encontrado nada», ironizó Flores, que ve injustificadas las críticas de socialistas y nacionalistas a la subida del precio del bus y los beneficios obtenidos por la Compañía de Tranvías, que en el 2010 repartió dos millones de euros en dividendos entre sus accionistas, mientras que la alta dirección percibió 723.000 euros en salarios.

Unas cifras que el portavoz del gobierno local se negó a enjuiciar asegurando que «el que una empresa privada gane dinero está entre sus objetivos y es perfectamente lícito», por lo que descartó abrir una auditoría similar a la que se realiza en otras concesionarias municipales, como la planta de tratamiento de residuos de Nostián, donde sí se investigan las cuentas de la empresa que la gestiona y la calidad del servicio que presta. «Son cuestiones absolutamente diferentes», zanjó Flores.

Lo que sí quiso matizar el responsable de Movilidad es que los más de siete millones que el Ayuntamiento transfirió a la Compañía de Tranvías durante el año pasado no fueron destinados a enjugar el déficit de la empresa (que cerró el 2010 con más de cuatro millones de beneficio), sino que son solo el pago de las subvenciones a los usuarios del bonobús, ya que al Ayuntamiento le corresponde abonar la diferencia entre la tarifa ordinaria y la reducida. Por ello, insistió en que «este incremento de la subvención no supone beneficio adicional ni corrige ningún déficit de explotación de la empresa».

Para Flores, dada la imposibilidad de renegociar el convenio firmado con Tranvías, que calificó de «mejorable», lo fundamental ahora es mejorar las condiciones para los usuarios del servicio, por lo que avanzó que negocia con la dirección de la concesionaria para que acometa una renovación de la flota a partir del 2012, al tiempo que volvió a reivindicar los esfuerzos realizados por su departamento para contener la subida del bus.

En este sentido, recordó que la fórmula consensuada entre Ayuntamiento y Tranvías marcaba un precio de 1,24 euros para el billete del bus el año que viene, que finalmente se quedará en 1,20.

Por su parte, el alcalde, Carlos Negreira, aseguró ayer que mantiene su promesa electoral de instaurar una tarifa plana mensual para los usuarios del bus urbano, aunque matizó que esta no llegará hasta que se aborden otras cuestiones, como la retirada del carril bus o la instalación de las vías prioritarias.

«Que una empresa privada gane dinero está entre sus objetivos y es perfectamente lícito»

Por su parte, la concejala del PSOE Silvia Longueira asegura que la revisión del contrato con la Compañía de Tranvías figuraba entre los planes de su formación de haber repetido gobierno. «Podía ser un tema a tratar en el futuro, de hecho lo teníamos en nuestra agenda», comentó al tiempo que lamentó el cambio de escenario: «Antes teníamos un plan innovador, testado y que iba más allá del carril bus. Lo que hay ahora no tiene nada que ver con aquello. Todo se desechó y se ha optado por otras medidas diferentes».

El grupo municipal del BNG considera que las tarifas del bus actuales no deben subir en el 2012. El portavoz de los nacionalistas, Xosé Manuel Carril, considera que, a la vista de los «espectaculares beneficios que presenta a Compañía de Tranvías», la empresa debería asumir la totalidad del incremento tarifario y no solo cuatro céntimos, tal y como se anunció la semana pasada.

A partir del 1 de enero del 2012 los viajeros pagarán 5 céntimos más en todas las modalidades de pago del bus. El billete ordinario pasa de 1,15 a 1,20 euros; el bonobús, de 0,71 a 0,76; el universitario, de 0,23 a 0,28, y la tarifa social, de 0,26 a 0,31. El BNG se opone a que la ciudadanía tenga que abonar más por el uso del transporte urbano.

«Flores, en vez de insistir maniqueamente no pasado -dice Carril -, debería explicarlle á cidadanía coruñesa como é posíbel que se siga tolerando que se lle autorice un incremento de tarifas a unha compañía que obtén suculentos beneficios procedentes das subvencións municipais, e onde os seus directivos e conselleiros teñen unhas retribucións impresionantes». El BNG recuerda que Tranvías obtuvo en el 2010 2.7094.900,27 euros de beneficios; 7.301.102,28 euros de subvenciones; y que sus consejeros y directivos han disfrutado de 723.385 euros de retribuciones.

«O servizo ten déficit, as empresas teñen beneficios e o Concello ten que pagar», resume Carril, que sitúa en el mismo plano a la ORA: «A conta de resultados da concesionaria tivo un resultado de explotación de máis de 300.000 euros e un beneficio neto de 102.000 euros, pero presenta un gran déficit. Vai sendo hora de revisar todos eses contratos».

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