jueves, 19 de enero de 2012

Los salmones vuelven al río Besaya


El Saja-Besaya ha recuperado a uno de sus ancestrales moradores. El salmón vuelve a reconquistar muchas décadas después un río del que le expulsó la industrialización, presión humana y los vertidos que se arrojaron sin depurar y a los que tardaron en ponerles coto. Los trabajos desde la Dirección de Montes por reintroducir este pez en el río han dado sus frutos, y por fin se ha detectado la presencia voluntaria y genética de salmones remontando sus aguas camino de sus nacederos. Fuentes de la Consejería de Ganadería reconocieron ayer que este año se han visto muchos más salmones en los cursos de agua de la región, «incluso en el Besaya».

Los ríos cántabros han recibido muchos más ejemplares que años anteriores. Bastantes más. Es cierto que no hay cifras, no al menos hasta que dentro de unas semanas los guardas concluyan el recuento de puestas o frezas. Pero desde la Consejería de Ganadería sí se reconoce que este año se ha detectado la presencia de muchas mas piezas que en años anteriores. Quizá el doble de lo que pudiera considerarse normal. Entre cuatrocientas y quinientas parejas en todos los ríos de la región. Y lo que es más llamativo, que se han localizado salmones incluso en algunos ríos donde poco menos que se daba por desaparecido, como en el Saja-Besaya.

Existen datos que hablan de que a finales de la década de los veinte del siglo pasado ya se realizaban repoblaciones de salmón en el Saja-Besaya. Que en 1927, por ejemplo, se repobló el Saja con cuarenta mil crías de salmón y sesenta mil al año siguiente. Cifras que, por entonces, ya hablan de la precariedad de la especie en aquella época y de que los sucesivos intentos por reintroducir este pez toparon años más tarde con la contaminación y los vertidos. Y es que el salmón es considerado como un medidor de la calidad ambiental de las aguas de los ríos.

Que el salmón vuelva a remontar ese tramo común y reconquiste el río de Torrelavega para arriba no deja de ser una noticia agradable desde el punto de vista piscícola y de la pesca. Y medioambientalmente representa un logro. Hace décadas, muchas, que el salmón ha desaparecido del Besaya. Hubo algún año reciente que se vieron ejemplares sueltos hasta la presa de Puente San Miguel. Pero solo eso. Ahora, tras varios años intentando repoblar y reintroducirlo desde el Centro Ictiológico de Arredondo, el río recibe ya peces colonizadores.

Asón, Pas, Deva y Nansa, por el contrario, siempre tuvieron condición de excelente como ríos salmoneros. Son ellos los más famosos y con caché nacional por la abundancia de piezas que dieron en su día, aunque algunos, como el Asón hayan quedado muy disminuidos. No obstante se estima que este año el río tenga bajo sus aguas un centenar de parejas, y que en el Pas haya otras tantas. Nada que ver con el medio centenar de parejas que no hace mucho se contabilizaban en todos los ríos de la región juntos, o años de que en el Nansa, por ejemplo, se vieran dos o tres parejas. Oninguna.

En el resto de los cursos fluviales de Cantabria la presencia de este sabroso pez pasó a ser si no nula, anecdótica, como en los citados Saja-Besaya, Agüera, Miera, Pisueña, Campiazo o Escudo. De hecho, hasta muy pocos años se consideraba que las poblaciones de estos ríos estaban extintas. Ysin embargo, han vuelto a aparecer. Fruto de la repoblaciones, fruto de los cuidados y medidas protectoras.

Las razones, sin embargo, de que este año se haya observado tal abundancia de piezas no tiene respuesta. «La especie tiene ‘picos’ de entradas, años buenos y años malos», señalan desde la Consejería, «aunque, por desgracia, los malos son muchos más que los buenos». Tampoco tiene nada que ver la cantidad de agua que baje por el río. De hecho, lo que va de invierno puede considerarse escasa de precipitaciones, pero los salmones entran igual. «Otra cosas es que puedan avanzar más o menos por el río en función de los caudales», señalan desde Ganadería.

Los salmones que se están viendo desovar ahora entraron a los ríos en julio, agosto a más tardar. Se trata de los alevines que nacieron aquí y regresan como adultos a sus nacederos para la puesta tras cumplir su ciclo vital por el Atlántico.

Pero pese a la abundancia que se observa en los ríos, no dejará de haber cupos de capturas para la próxima campaña. Un centenar: 40 en el Pas, 25 en el Asón, 15 en el Nansa y 20 en el Deva. «Se establecen las cuotas para que los años buenos en cuanto a número de ejemplares, como el pasado y se supone que lo será 2012, compensen los años malos que se suceden cada vez más», explican fuentes de Ganadería.

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