jueves, 19 de enero de 2012

Salmones al virus


No son, evidentemente, lenguados a la meuniere, pero los salmones con virus tienen un atractivo especial.

Usted abre la ventana de su casa (necesariamente ha de mirar a la ría de Muros y Noia), contempla el panorama y localiza las jaulas de salmónidos que, por arte de birlibirloque, han colocado en aquellas aguas para regocijo de propios y extraños. Sale a la calle (o a la carretera) y le cuentan que ha habido no sé cuántos muertos entre la población más o menos adulta de salmones. Usted podrá creerlo o no, porque la empresa propietaria de las jaulas y la ahora Consellería del Medio Rural y del Mar le convencen de que no hay tal; pero los pescadores y los ecologistas sostienen todo lo contrario y hablan de centenares de salmones muertos. Se encamina al supermercado más próximo -antes, la tienda de la esquina- y ve los salmones troceados o enteros, apetitosos, llamativos, que le hacen dudar sobre su estado salvaje, semisalvaje o de cultivo en piscifactoría. Busca la trazabilidad del ejemplar y se le viene a la memoria la jaula en la que el animal se crió, en la que engordó... Y en la que podrían haberse muerto hermanos del pez que tiene ante sí. A su lado, unas merluzas del día, unos rapes, unas fanecas... No sabe qué elegir y recuerda la pregunta de la reserva de Os Miñarzos sobre qué le pide usted al pescado...

Pues lea, lea: El Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) de Chile ha detectado positividad al virus ISA en una de las jaulas de un centro de cultivo de salmónidos en la región de Aysén.

Aclara el organismo chileno que "no se registró presencia de signos clínicos ni mortalidades asociadas a la enfermedad".

Ah, pero es una enfermedad detectada en un centro que, desde el 25 de octubre del año pasado, se encuentra clasificado como centro de cultivo confirmado HPR 2, una de las variantes del virus ISA y "aun cuando en el resto de las jaulas del mencionado centro no se ha detectado positividad al virus, Sernapesca resolvió la cosecha de los peces de la jaula en conformidad al plazo y los procedimientos de bioseguridad fijados por la normativa".

Pues qué bien, se preocupan por la seguridad. Mas, ¿qué es el virus ISA?: una anemia infecciosa del salmón o enfermedad viral del salmón atlántico que afecta centros de cultivo de la especie en Canadá, Noruega, Escocia y Chile provocando importantes pérdidas. El agente causal de la anemia infecciosa es el denominado virus de la anemia infecciosa del salmón (ISAV en inglés), un RNA virus que usa ácido ribonucleico como material genético. Te asustas. Preguntas. Te informas, y concluyes: el virus no afecta al hombre.

Vuelves a mirar al mar de Muros-Noia. Te imaginas a los salmones que engordan plácidamente y que no se preocupan por el desove en el río ni cosa que se le parezca (si es que los salmones se preocupan por algo). Pero -siempre hay un pero en la vida- llegas a saber que "la transmisión del virus ISA ocurre por contacto con peces infectados o sus secreciones. Las personas que manipulan peces enfermos así como los equipos utilizados en los criaderos también pueden diseminar el virus. El agente puede sobrevivir en el agua marina y el factor de riesgo más importante para cualquier criadero libre de la enfermedad es su proximidad con un criadero ya infectado".

Vuelves a la merluza del día, a la faneca fresquiña, al rape con cara de mala uva, al besugo dormilón... Y piensas en los virus, en si estos podrán o no contaminar por sus secreciones a las otras especies de la ría y te aferras a que el ISA se ha detectado en Chile y malo será..

¿Qué te preguntas cuando vas a comprar pescado?...

Pues eso: tú mismo.

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