Alrededor de treinta pesqueros de A Mariña se han desplazado a Cantabria y Euskadi para aprovechar la costera de la caballa. En la segunda semana de esa pesquería estacional, las capturas son «excepcionales», explica Basilio Otero, patrón mayor de Burela, desde Santander. A la abundancia de pescado se suman cotizaciones de entre 1,10 y 1,15 euros por kilo, que los profesionales creen «moi boas».
Ante la falta de otras alternativas, en esta costera de la caballa hay más embarcaciones que nunca. Las mariñanas, como el resto, se reparten entre Santander, Santoña o Lastres, aunque también han llegado a Bermeo. «Hai moito peixe e isto vai moi ben», cuenta Basilio Otero. Con otros tres hombres, él faena a bordo del Bearro Tercero. Pescan con anzuelo, con un tope de 500 kilos diarios por tripulante, hasta un límite de 2.300 por barco. Ayer mismo los capturaron en menos de dos horas.
Tardan menos en pescarlo que en venderlo, relata Basilio Otero. Y es que la lonja de Santander «non está preparada» para comercializar las capturas de las alrededor de cien embarcaciones que ayer descargaron allí.
Pescadores de todas las comunidades del Cantábrico Noroeste repiten las quejas de años pasados: el mar «está cheo» de caballa, pero la Unión Europea ha limitado las posibilidades de pesca. En este primer semestre, los arrastreros pueden desembarcar un tope de 6,79 millones de kilos; los cerqueros, 5,47 millones; y los que emplean anzuelo, rascos o volantas, 7,20 millones de kilos. Basilio Otero transmitía ayer la incertidumbre que tienen, porque no saben hasta cuándo podrán seguir trabajando, a pesar de la abundancia. El año pasado, las lanchas pequeñas solo tuvieron 13 días.
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