jueves, 16 de febrero de 2012

Galicia paga cinco veces más que la media nacional por el impuesto de sucesiones


Heredar en Galicia sale caro. Los impuestos que un heredero debe abonar cuando algún familiar le deja una herencia no se multiplican en la comunidad gallega ni por dos, ni por tres, ni por cuatro, sino por cinco con respecto a la media nacional.

Según el estudio sobre fiscalidad autonómica, elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Colegios de Economistas de España, un gallego que sea beneficiario de una serie de bienes debe pagar 2.953 euros por el impuesto de sucesiones, cinco veces más que la media nacional (557 euros) y muy por encima de comunidades como la de Murcia, La Rioja, Madrid, Comunidad Valenciana, Cantabria, Castilla y León, Canarias, Asturias o Cataluña, que no pasan, en ninguno de los casos, de los 112 euros. En estas dos últimas, según el ejemplo del REAF, la cuantía a pagar es cero.

Y el ejemplo que pone el Registro de Economistas Asesores Fiscales para realizar la comparación entre las diferentes comunidades es el siguiente: el marido de un matrimonio fallece y deja como herederos a su viuda de 55 años y a sus tres hijos de 17, 24 y 26 años. El segundo hijo presenta un grado de minusvalía del 67%. El fallecido no había dejado testamento y el matrimonio se regía por el régimen de gananciales. Los únicos bienes son la vivienda habitual, acciones, un apartamento y una cuenta bancaria. El valor de la vivienda habitual asciende a 520.000 euros; el del apartamento, a 370.000; el saldo de la cuenta corriente es 58.000, y las acciones cotizadas tienen un valor de 50.000 euros.

Con estas cifras los herederos gallegos deben abonar 2.953 euros por el impuesto de sucesiones. Muy por debajo se sitúa Baleares, con 1.657, seguida de Aragón (948); Andalucía (922) y Castilla La Mancha (557).

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) también es diferente según las comunidades. Una familia gallega integrada por los cónyuges, una hija de cuatro años y un hijo de ocho meses, con unas rentas medias inferiores a 43.000 y una hipoteca deben abonar hasta 2.888 euros más que si tributa en Castilla y León. La diferencia se eleva hasta los 3.448 euros si la misma familia lo hace en Extremadura o Asturias.

Según el estudio del REAF, la crisis ha provocado una tendencia a subir los impuestos, sobre todo el IRPF y el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, unido a la recuperación del Impuesto de Patrimonio para las rentas más altas, y la búsqueda por parte de las administraciones autonómicas y locales de nuevas tasas con el fin de conseguir dinero.

Las principales fuentes de recaudación impositiva en España siguen siendo el IRPF, el IVA y los Impuestos Especiales, que suman el 85% de lo que el Estado ingresa por tasas. El IVA es el que presenta mayor capacidad para incrementar la recaudación.

El gerente del REAF, Luis del Amo, señaló que tras la subida estatal del IRPF aquellas comunidades autónomas que ya han incrementado sus tipos no tienen más margen de maniobra, por lo que lo único que podría pasar es que las que aún mantienen tipos inferiores a los que se aplicaban en 2010, como Madrid o La Rioja, se pongan al nivel del resto.

El informe publicado ayer refleja que Andalucía, Asturias, Cantabria, Cataluña y Extremadura presentan uno de los tipos impositivos más altos de Europa para las rentas mayores de 300.000 euros, que pueden llegar a pagar hasta el 56%, y sólo son superadas por Suecia y Dinamarca.

El estudio también recalca que el tramo final de una renta de 60.000 euros tributa al 47%, tipo de gravamen que también estaría entre los más elevados de Europa.

Los expertos coinciden en las dificultades que causa al contribuyente la complicada regulación española, junto con los problemas que entraña en muchas ocasiones la técnica de la legislación tributaria autonómica.

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