martes, 24 de abril de 2012

Alertan sobre uso de peces salvajes en alimentos acuícolas

La anchoveta peruana fue una de las especies detectadas en los piensos acuícolas

Un equipo de investigadores del Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo detectó en piensos para la acuicultura ocho especies de peces salvajes que pertenecen a altos niveles tróficos en la cadena alimentaria.

Según Alba Ardura, investigadora de la Universidad y autora principal del estudio publicado en Fisheries Research, los recursos hallados son: anchoveta peruana (Engraulis ringens), espadín (Sprattus sprattus), bacalao del Pacífico (Gadus macrocephalus), merlán (Merlangius merlangus),  arenque común (Clupea harengus), lanzón del Pacífico (Ammodytes personatus), jurel (Trachurus symmetricus) y caballa pintoja (Scomber australasicus).

La acuicultura tiene la capacidad de reducir la presión de pesca sobre los recursos naturales, pero los consumidores prefieren especies de cultivo que son carnívoras, como el salmón y el bacalao. Estos peces requieren toneladas de proteínas de alta calidad para un desarrollo rápido y óptimo.

"Si estas proteínas se obtienen de pesquerías extractivas, la acuicultura deja de ser una alternativa a la sobrepesca y pasa a contribuir a ella, convirtiéndose finalmente en un riesgo para los ecosistemas marinos naturales", explica la investigadora.

Los científicos de la Universidad de Oviedo analizaron un fragmento de ADN de piensos comerciales destinados a cíclidos de acuario, salmones de acuicultura y peces marinos de acuario.

Luego de eliminar el aceite y las grasas de la comida, obtuvieron secuencias de ADN que compararon con bases de datos públicas para identificar las especies halladas.

Los residuos industriales de algunas especies pueden emplearse para fabricar harinas de pescado para peces de acuicultura. Pero Ardura explicó que “algunas de las especies encontradas en estos piensos se comercializan en fresco sin procesar, y se sospecha que su aparición en piensos para acuicultura procede directamente de pesquerías extractivas”, como por ejemplo, el arenque y el lanzón del Pacífico.

“Si se utilizan especies procedentes de la pesca extractiva para alimentar peces de cultivo, entonces la acuicultura no contribuye a minimizar la sobrepesca”, recalca la investigadora.

Por ello, recomienda revisar “urgentemente” la composición de los piensos de acuicultura para sustituirlos por otras proteínas, con la meta de reducir la explotación de poblaciones naturales de peces.

Ardura plantea incrementar los esfuerzos para conseguir proteínas de alta calidad procedentes de otras fuentes, como las proteínas vegetales, para “minimizar el impacto de la acuicultura sobre las poblaciones salvajes”.

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