jueves, 26 de abril de 2012

La riqueza natural salva la ría de Vigo de las aguas residuales

Recogida de muestras en el vertido de la depuradora de Cangas


La materia orgánica particulada originada por el hombre, que llega principalmente a la ría de Vigo a través de las aguas residuales vertidas por las depuradoras, es el triple de la aportada de manera natural por el agua de los ríos. La ría recibe cada año unas 720 toneladas anuales de carbono orgánico, de las que el 72 % son de origen antropogénico, entre las que destacan las 400 procedentes de la depuradora viguesa. La mayor fuente natural es el río Oitavén, que transporta cien toneladas anuales. El dato se recoge en un estudio pionero elaborado por el Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo (CSIC) y la Universidad de Southampton publicado en la revista científica Estuarine Coastal and Shelf Science. El objetivo del trabajo era proporcionar un conocimiento científico del comportamiento y destino de la materia orgánica en un sistema costero del tipo ría. Para ello se ha realizado un balance de la carga del carbono orgánico particulado que llega a la ría y la cantidad que sedimenta actualmente se ha comparado con la recogida en el sedimento desde finales del siglo XIX.

Una llegada y acumulación excesiva de materia orgánica puede reducir los niveles de oxígeno disuelto en el agua, lo que conduce a la pérdida de su calidad y productividad. Buena parte de los estuarios europeos están degradados, tal y como ocurre en los del mar del Norte resultado de fertilizantes procedentes de la agricultura. Pero este fenómeno no ocurre, al menos de momento, en la ría de Vigo. ¿Por qué? Porque la productividad natural de las microalgas en sus aguas amortigua el potencial efecto dañino de la carga orgánica antropogénica. El afloramiento en la ría, un fenómeno costero que no sucede en otros estuarios de Europa, fertiliza sus aguas y hace que la producción natural de materia orgánica en el interior de la ría sea unas treinta veces superior a la aportada por ríos y depuradoras. «El medio natural es muy productivo, de forma que el aporte externo tiene mucho menos impacto», constata el investigador del CSIC Ricardo Prego. Dicho de otra forma, si el entorno fuese poco productivo biológicamente, un aporte de aguas residuales sería muy perturbador para el medio debido a su naturaleza no marina y a la descomposición de la materia orgánica.

Pero que la ría de Vigo presente esta ventaja no supone en absoluto que pueda seguir soportando de forma continuada una gran cantidad de materia orgánica de origen humano. Hay un desfase entre el flujo natural de carbono orgánico particulado (200 toneladas al año) frente al antropogénico (520). En algún momento, según los científicos, se puede romper el equilibrio e iniciarse un fenómeno de degradación en algunas zonas.

El estudio también ofrece una sorpresa: el sedimento de carbono orgánico alojado en la ría es hoy, pese al notable aumento del depósito de materia orgánica, algo inferior al detectado en los registros históricos.

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