domingo, 4 de noviembre de 2012

Los recortes llegan a las cofradías


En lonjas como la de A Illa, donde el marisco es el protagonista absoluto, la crisis de producción y de precios se está dejando notar con especial virulencia


Corren malos tiempos para el sector del marisqueo. Tan malos, que hasta los patrones mayores han pedido una entrevista con la conselleira do Mar, Rosa Quintana, para solicitar que se adopte algún tipo de medidas para paliar los ridículos ingresos que están teniendo sectores como el de los rañeiros. Estos no encuentran ni abundancia de marisco en el mar, ni precios en tierra que compensen la escasez. Más bien al contrario: las cotizaciones caen en picado, y con ellas los ingresos en las lonjas.

Ese dinero es el pilar sobre el que las cofradías se han ido consolidando a lo largo de los años. Y, ahora que ese pilar se tambalea y que las ayudas de la Xunta han sido recortadas, a las cofradías les ocurre exactamente lo mismo. No es de extrañar que en la zona sur de la ría, donde los mariscos blancos copan el protagonismo de buena parte de las salas de subasta, quienes llevan las riendas del sector estén empezando a aplicar ya las recetas de austeridad que tanto se estilan en estos tiempos.

Durante años, la lonja de A Illa fue un referente en cuanto a facturación. Sin embargo, en 2011 esta rula fue la tercera de la zona sur de la ría por volumen de negocio: superó por poco los siete millones de euros. Este año las cosas no pintan mejor, todo lo contrario, y a dos meses del cierre del ejercicio los ingresos no han alcanzado aún la barrera de los cuatro millones.

En ese contexto, no ha quedado más remedio que aplicar la tijera en todos los capítulos que implican gastos. Entre ellos, el de personal. A partir de este mes, los trabajadores -la plantilla la componen 19 personas contratadas por la OPP-20- percibirán un 5 % menos de su sueldo y se quedan sin una de sus pagas extra. Además, se están valorando formas de hacer que hacia las arcas de la entidad fluyan más ingresos. ¿Cómo? Una posibilidad es intentar mejorar las condiciones de comercialización, por ejemplo, intentando llegar de la forma más directa posible al mercado. Pero ese, claro, es un proyecto a largo plazo.

El año pasado, la lonja que más facturó fue la de Cambados: 7.072.381 euros. Este año, a falta de dos meses para cerrar el ejercicio, se ha vendido producto por valor de 4,5 millones. Las luces de alarma han saltado en la dirección del pósito, y el patrón mayor, Benito González, ya se ha reunido con los trabajadores de la cofradía. «Tivemos unha reunión coa xente, por seccións, para explicarlles cómo vai a cousa, e para decirlles que, a non ser que se produza un repunte moi grande, imos ter que tomar medidas».

Para la cofradía de Cambados trabajan 25 personas entre oficina, lonja, vigilantes... De momento, González no quiere hablar de tocar el salario de estos profesionales. «Igual hai que chegar aí, pero de momento temos pensado probar outras cousas». En vez de recortar sus nóminas, González pide a los trabajadores «que se esforcen aínda máis». Pone un ejemplo: «o personal da lonxa terá que intentar captar máis clientes». Además, en su cabeza está «empezar a cobrar por servizos, por suposto dos que non son imprescindibles, que ata o de agora eran gratuítos e que a xente non sempre valora».

La situación es mala. Y lo peor es que el horizonte, a corto plazo, sigue muy negro.

 

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