martes, 11 de diciembre de 2012

Las algas podrían servir para elaborar conservantes de pescado


Varios tipos de algas

La Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI) impulsa desde 2009 un proyecto para dotar a la flota de arrastre de fresco de Gran Sol de mecanismos que permitan mejorar los precios en primera venta de sus descargas, gracias a una mejor preservación de sus recursos.
Una de las compañías que colabora en esta iniciativa es Portomuíños, de A Coruña, a través del aporte de las algas necesarias para la elaboración de un plástico biodegradable especial -o conservante- para aplicar sobre el pescado.
El proyecto se enfoca específicamente en dos especies que captura la flota de arrastre: la merluza, muy importante para los buques de A Coruña; y el gallo o rapante, que es vital para las embarcaciones de Vigo.
El conservante con el que se está trabajando se llama Peixepac, y los investigadores estiman que aún resta un año más de experimentaciones.
La idea es diseñar láminas de plástico biodegradables que incluyan sustancias naturales que funcionen como preservantes, para aumentar la vida útil del producto.
“Para ello, se deben incluir en el plástico biodegradable, en este caso poliláctico, sustancias que ejerzan efecto antimicrobiano y antioxidante sobre los productos pesqueros, en las condiciones de conservación reales en los buques”, explica Bibiana García Soto, del departamento de I+D de ARVI.
Asimismo, no debe existir traspaso de estas sustancias al pescado, dado que pueden modificarle su sabor, olor o color, añadió la investigadora.
Las algas elegidas son Bifurcaria bifurcata, Ascophylum nodosum, Ulva spp, Fucus spp y Gracilaria spp; aunque también se probó como preservante el ácido sórbico.
Portomuíños es una compañía especializada en la flora marina para consumo humano que ya participó con anterioridad en otros proyectos impulsados por los armadores vigueses.
El presidente de la empresa, Antonio Muíños, destacó el empeño puesto en la selección y transformación del producto para este trabajo, y anticipó que el resultado final podría verse “en 2013, como muy tarde en 2014”.
La Universidad da Coruña colabora con Portomuíños en la caracterización de las algas y en el estudio de la distribución temporal y espacial, mientras que la Universidad de Santiago participa en el proyecto Peixepac con dos grupos: Facultad de Farmacia y de Veterinaria.
El primer grupo estudia la respuesta de las algas al introducirlas en la matriz del plástico biodegradable, su estabilidad térmica y los componentes preservantes activos. El segundo grupo procura determinar las propiedades antimicrobianas de los extractos de las algas seleccionadas y de los filmes desarrollados en el proyecto, con cada sustancia o alga elegida.
Además, el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se ocupa de la valoración como antioxidantes y ralentizadoras de la degradación organoléptica de las algas y de los filmes.
Según García Soto, los resultados de las pruebas con pescado todavía están en fase de análisis, por lo que no hay conclusiones definitivas.
De todos modos, aseguró que se observan buenos resultados “a nivel organoléptico” para los filmes con Bifurcaria spp y ácido sórbico, “ambos combinados en un mismo film”.
"Esta combinación permite elevar el tiempo de conservación, ralentizando el deterioro de la merluza sin añadir sabor, olor o color al producto”, concluyó.

 

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