miércoles, 19 de diciembre de 2012

Los pescadores del Miño venden a 350 euros el kilo de angula


Uno de los pescadores antes de iniciar su salida nocturna para la pesca de angula, en Tabagón

La angula del río Miño que va a consumirse en las próximas fiestas navideñas ya está en manos de los viveristas. Los pescadores la cobran a 350 euros el kilo, según figura en las guías de transporte que se entregan en la lonja de A Guarda y que registra la Confraría de Pescadores Santa Tecla. En los restaurantes de Tui, como en los de otras localidades, puede saborearse este cotizado manjar del Miño a unos 80 euros la ración (de 100 gramos), pero siempre previo encargo, pues se hace el pedido de acuerdo con la cantidad que el cliente confirma, debido al coste del producto y a la crisis que no asegura su consumo diario.
La angula no pudo fotografiarse ayer en establecimientos de restauración debido a ese motivo. Manuel Cerviño del restaurante O Novo Cabalo Furado explicó que hubo algún cliente que la ha encargado el día anterior para probarla, pero son contadas excepciones. El perfil del comensal que consume "meixón" es de un empresario, generalmente acompañado de algún cliente y también de personas que quieren darse el capricho "una vez al año". Recuerda Cerviño que el año pasado, por Navidad, se llegó a servir en su establecimiento al precio de 120 euros la ración.
Purificación Fernández Blanco, del restaurante El Molino, utiliza el mismo sistema: servir las angulas previo encargo. Reconoce que "algunas personas llegan al restaurante y la quieren ver en el plato", pero sólo es posible si lo encargan con antelación.
El río ha dado una media de dos o tres kilos de angula por luna y barca y los pescadores han vendido el producto a los viveristas. Todo hace pensar que gran parte de la angula del Miño se degusta en mesas de Madrid y de otras ciudades del norte español, que son los clientes habituales.
Fernando Ferreira, presidente de la Asociación de Pescadores do Río Miño es quien apunta la media de pesca por luna y barca. La última luna de pesca finalizó el pasado lunes, aunque muchos pescadores ya dejaron de ir al río desde el temporal del pasado fin de semana que les afectó después de la suelta de agua de la presa de Frieira que elevó el nivel del río. Fueron jornadas perdidas. El pescador Antonio Piña contó hace unos días cómo cogió su barca para pescar, pero a pocos metros de la orilla, en vista del viento y del gran oleaje, desistió por instinto de supervivencia. En el círculo de los pescadores se cuenta que una de esas noches de temporal volcó la barca de un pescador de O Rosal que se mantuvo a flote durante una hora y logró llegar ileso a la orilla por sus propios medios.

 

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