domingo, 7 de abril de 2013

Exigen el dragado del río Lérez





Las cofradías del fondo de la ría de Pontevedra están dispuestas a dar guerra a la Xunta y conseguir, de esta forma, que se ejecuten los proyectos ambientales que mejorarían la actividad del marisqueo en la comarca. Si el miércoles forzaron una reunión con el Intecmar y Medio Ambiente sobre los siete años de zona C de la mitad del banco de Os Praceres, ahora los tres pósitos se han puesto como objetivo que la Xunta cumpla su compromiso de dragar la desembocadura del río Lérez. No es un tema menor. Está previsto que se extraigan del lecho fluvial en torno a cien mil metros cúbicos, que en buena parte servirán para regenerar el banco de Campelo y hacer productivo uno de los espacios casi estériles de la ría. Es la nueva estrategia de las mariscadoras. Llevan tres años esperando por el dragado comprometido y no quieren que las dilaciones de la consellería perpetúen una situación que impide un importante beneficio tanto al marisqueo a pie como al sector de a flote.

El río Lérez lleva años acumulando sedimentos en el canal de entrada a la ciudad de Pontevedra y su entorno. Ha transcurrido tanto tiempo que los barcos de a flote ven muy limitado su campo de acción, sobre todo después de que parte del río quedase cerrado para la actividad extractiva por zona C. Además, estos áridos son un problema potencial para la navegación.

En el 2011, Portos anunció su intención de que se llevase a cabo el dragado. Se indicó que sería una de las obras más ambiciosas del ente autonómico en materia de dragados en Galicia y aunque no se le puso fecha fija para su inicio, se estimó que hacia principios del año pasado podrían comenzar las operaciones. La lenta burocracia ha hecho que ese límite original se haya sobrepasado con creces. A fecha de ayer, los pósitos desconocían todavía cuándo se podría llevar a cabo la esperada actuación ambiental.

Desde Portos se explicó que el expediente está pendiente de la evaluación ambiental de la Consellería de Medio Ambiente. Es imprescindible un informe positivo sobre el dragado. Las cofradías, cansadas de esperar y también de que se les remita de un departamento a otro han tomado, como dice el refrán, la sartén por el mango. En una reunión en Medio Ambiente hoy exigirán que se les explique cómo va la tramitación del expediente, cuándo estará el informe y cuándo se autorizará a Portos a licitar la obra. Quieren saber datos concretos y que no se les den excusas sobre una obra que consideran vital.


Mariscadores de la ría de Pontevedra


Cansadas de esperar y hartas de excusas, los representantes de las cofradías de San Telmo, Lourizán y Raxó exigieron ayer al presidente de Augas, Francisco Menéndez, y a la directora del Intecmar, Covadonga Salgado, que se tomen medidas para retornar a la situación del 2006. En aquel entonces las mariscadoras podían trabajar en todos los bancos del fondo de la ría.

Desde que la normativa europea determinó que la calidad de las aguas no era adecuada para su explotación directa en partes de la ría, los pósitos se han visto privados de la mitad de la playa de Os Praceres. Después se añadieron otros espacios a esta área cerrada -calificada como zona C según la nomenclatura europea-. La prohibición marisquera se extendió al banco de A Puntada y a la mitad del río.

Han pasado ya 7 años y las mariscadoras temen que la Xunta se haya acostumbrado a este estado de cosas, utilice la batea de reinstalación de Aldán como un método para aminorar la tensión entre las afectadas, y se perpetúen los cierres.

La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, demandó de Mar y de Augas medidas contundentes para que se pueda mejorar la calidad del agua en todo el fondo de la ría y así reabrir la mitad del banco de Os Praceres que sigue cerrado. No quiere que la Xunta se eche a dormir. «Llevamos siete años igual y parece que aquí, ninguna Administración se inmuta».

Vázquez aseguró ayer que está cansada de exponer cuál es el origen principal del problema. Los análisis de las aguas dan picos de contaminación en determinadas épocas del año e independientemente de las lluvias. «Lo que le pedimos es que hagan algunos cambios en el bombeo», precisó.

El aliviadero del bombeo denunciado por los pósitos está en la confluencia del nudo de Ence. Suelta aguas residuales a la ría con excesiva frecuencia. Las cofradías observan desesperadas que estos vertidos son la causa de que se prolongue la calificación de zona C de su banco marisquero más rico. Hay más metros cuadrados cerrados en Os Praceres que abiertos para la actividad extractiva.

La patrona mayor de Lourizán recalcó que esa es, para ella, su «zona cero». «Hay un punto de vertido concreto que nos está machacando siete años. Nosotros lo que queremos es que se solucione el problema», enfatizó.

El sistema de la batea de Aldán, que permite trabajar la parte cerrada a la extracción directa varias veces al mes, tampoco ha resultado ser lo esperado. «La batea de reinstalación no es la solución definitiva. En un principio todo iba a ser maravilloso, pero no lo fue», indicó. Vázquez resalta que el precio del molusco de batea es la mitad del que se ofrece por los bivalvos de la zona B, que es la parte abierta de los bancos de la ría.

La patrona mayor de Pontevedra, María del Carmen Simón, apoya las reivindicaciones. «Queremos que nos den una solución, que no se vaya a más cierres, y que se pueda trabajar en todos los bancos».


La acumulación de áridos en el canal del Lérez ha supuesto en los últimos años más problemas que los que parecería a simple vista. Solo basta pasearse por la avenida de Uruguay y ver las embarcaciones del club naval en seco en marea baja. Es un indicio de que algo anormal está pasando en el fondo de la ría.

Las cofradías de la ría quieren que se haga el dragado cuanto antes por razones sobre todo de naturaleza práctica y, de refilón, también ambientales.

Hace años, cuando el canal tenía profundidad adecuada, en esta zona de acceso a Pontevedra por vía marítima era habitual ver unas ochenta embarcaciones mariscando. Ahora, con menos de la mitad del banco del canal practicable para el marisqueo, el número de trabajadores en este entorno ha descendido radicalmente. Cuarenta de estos barcos siguen activos, pero no faenan en esta zona, sino que lo hacen dedicándose a otras artes, incrementando el esfuerzo pesquero sobre otras especies de la ría.

No es una preocupación menor. El marisqueo es más ventajoso para los patrones que otras actividades marítimas, pero si no hay banco donde trabajar, no les queda otro remedio más que explotar otras vías. Además, los que quedan emplean menos trabajadores. Por último, los áridos extraídos regenerarían el banco de Campelo. Sin ellos, esa zona seguirá sin desarrollar el potencial que tiene para criar almejas y berberechos.


La falta de calado en el Lérez descubre el lecho del río cuando baja la marea a la altura del club naval en Pontevedra


La ejecución del dragado del canal del Lérez, y la regeneración del banco de Campelo con los áridos extraídos, se puede posponer por un plazo máximo de 18 meses y en todo caso no inferior a un año. La Consellería de Medio Ambiente comunicó a las cofradías del fondo de la ría -San Telmo, Raxó y Lourizán- que la tramitación de la obra tiene que incluir también el paso de la evaluación de impacto ambiental. Son malas noticias para las cofradías implicadas, que esperan la ejecución de unos trabajos por los que llevan esperando tres años.

La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, explicó la sorpresa de los pósitos a la salida de una reunión con el jefe del servicio de Avaliación Ambiental, dependiente de la Administración autonómica. «Yo no sé cuántos permisos ambientales tuvo que pedir el puerto por unas obras que cambiaron las corrientes cuando hicieron rellenos. Nosotros hablamos para el dragado del río de informes que están pendientes desde el 2009 y ya estamos en el 2013», matizó la dirigente mariscadora.

La lentitud de la maquinaria burocrática en este caso dejó atónitos a los líderes de los pósitos. Portos, como promotora de la obra, informó a Medio Ambiente en el 2010 de su intención de hacer la obra. La consellería le requirió una información complementaria que, según la versión de los pósitos, tardó un año en suministrársele desde el ente autónomo. Otro año después, aún falta por rematar el informe de Conservación da Natureza al proyecto del dragado, aunque se supone que este documento estará listo este mes.

Desde la Xunta se concretó que, una vez que está rematado este trámite, se pasará a la información al público del estudio de impacto ambiental. A los pósitos se les aseguró que era para dar seguridad jurídica a la obra, pero las cofradías reclaman que se agilicen los pasos.

 

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