jueves, 2 de mayo de 2013

El salmón se hace esperar en el río Lérez





El coto de Monte Porreiro inició ayer su periodo de pesca para el salmón sin ninguna captura, lo que coincidió con las previsiones poco optimistas que realizaron desde la asociación Moamar.

En cualquier caso, los participantes, quienes destacaron la "excelente" calidad del agua del Lérez, lamentaron que el día "coincidiera con mareas de luna menguante" y es que "el salmón aprovecha las mareas de lunas crecientes o llenas para hacer la entrada al río", una circunstancia que tendrá lugar dentro de dos semanas. De esta forma justificaron la poca cantidad de salmones que encontraron ayer. "No tiene la cantidad que debería tener a estas alturas de la temporada. Normalmente, otros años ya existen diez o doce salmones", explicaban.

Además del caudal poco abundante que presentaba el río Lérez, los aficionados argumentan que, la baja temperatura del agua, provocada por la caída de los termómetros durante los últimos días, tampoco favoreció a la captura de este animal. "El río está perfecto. Lo único malo es que el agua está fría y eso perjudica la entrada del salmón, que se queda pegado al fondo y pierde agilidad", comentaron.
No obstante, los aficionados reconocen que, ante la dificultad que entraña capturar "al rey del río", lo que prima es pasar una buena jornada de convivencia.

"Vienes con las ilusiones acumuladas de la temporada anterior esperando coger al primer pez, pero el salmón es así. Es un animal que no abunda. El pescador que capture uno en toda la temporada se puede sentir afortunado", reconoce Pepe Míguez, un aficionado a esta práctica que durante toda la jornada de ayer acompañó a Santos Santiago, uno de los cinco pescadores autorizados, aunque finalmente fueron cuatro los que acudieron hasta las orillas del Lérez en una jornada que se prolongó desde las 7.30 hasta pasadas las 19.30 horas.

Durante la jornada los participantes capturaron a dos salmones que, al ir de retorno al mar después de desovar, tuvieron que devolver al río. "El río lleva poca agua y, en su camino de regreso al mar, algunos están todavía estancados", explicaba Míguez.

El salmón pierde peso y volumen cuando desova, por ello "no lucha y parece estar anestesiado", añade. En cualquier caso, y cumpliendo con las normas establecidas para garantizar la supervivencia de la especie, los pescadores devolvieron al río los ejemplares capturados para que "continúen su curso vital". Si todo va bien, el animal llegará al mar y quizá "pueda retornar en los próximos años", manifiestan los pescadores.

 

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