jueves, 13 de junio de 2013

La pesca del sargo en verano




El verano es una estación ideal para plantear unas jornadas de pesca con el sargo como objetivo principal, deberemos de adecuar la pesca a las condiciones del puesto y sobre todo de la mar. Para buscar con éxito a una especie que en función de las condiciones climáticas variará su comportamiento radicalmente tendremos que leer correctamente el mar.

Además hay que tener presente que los sargos son, dentro de la familia de los espáridos, uno de los miembros cuyo carácter es más receloso, y a medida que ganan en tamaño y edad también lo hacen en astucia,algo que deberemos tener muy presente para conseguir su captura.

Por ello vamos a repasar algunos aspectos clave que esperamos sean de ayuda en sus jornadas de pesca tras este escurridizo espárido.

 
 



Es fundamental conocer bien el comportamiento del sargo. Gustan de alimentarse a media profundidad en los rompientes, en las proximidades de las rocas o muelles y cerca del fondo con aguas claras y tranquilas así como en zonas de playa sobre todo de fondos mixtos. Esto es fácil de deducir ya que será aquí donde encuentren el alimento con mayor facilidad, porque de noche se vuelven más confiados y prefieren adentrarse en aguas tranquilas como las de los puertos o rías o en las mismas playas. De estas primeras impresiones podemos concluir que de poco nos va a servir montar un aparejo que pesque a medias aguas con la mar como una balsa de aceite y clara, pues salvo que sea de noche, momento en que el sargo es más confiado en su alimentación, éste no subirá si es de talla, si bien lo harán confiados los alevines de esta especie que como es lógico no serán nuestro objetivo. Así pues deberemos presentarles el cebo a la profundidad a la cual lo tomarán confiados.


 




Si salimos de casa con el equipo y la idea de ir a pescar sargos a una zona, y cuando nos asomamos a la puesta vemos para nuestra desesperación que el mar está como un plato y que no hay ni la más mínima espuma, de nada nos valdrá obstinarnos en querer pescar por ejemplo sargos a boya. Será más aconsejable cambiar de postura buscando una zona más batida o bien orientar nuestra jornada a otras especies con las que sin duda ese día tendremos más éxito, como bicudas, pintos, serranillos, etc…
  
El color de las aguas para muchos pescadores pasa desapercibido. en apariencia parecería no tener mayor influencia pero sí la tiene hasta el punto de que con un cambio apropiado de cebo los resultados cambiarán drásticamente. Muchos pescadores cuando van a pescar llevan sólo un tipo de cebo y cuando buscamos especies como el sargo, que gusta de comer variedad, deberemos poner más atención en la elección. Por ejemplo: vamos a pescar a una zona de rompiente ideal para el sargo, llegamos y la mar está fuerte: de nada nos servirá poner en esta circunstancia filete de sardina, ya que al poco de caer en el agua con el oleaje nos quedaremos sin él, o bien poner gamba sin salar o mejillón sin atar con hilo elástico. En estas circunstancias lo mejor será optar por cebos duros como el calamar en tiras o los cangrejos. Otro ejemplo es el pescar en un puerto con la mar muy turbia debido a las marejadas de días anteriores. En estas condiciones lo adecuado será elegir cebos olorosos, ya que los sargos y otras especies con mar muy revuelta tendrán que dejarse orientar por el sentido del olfato, el que sin duda tienen muy desarrollado. Por ello primará en la elección el poder atrayente de nuestro cebo mediante el olor, y lo mejor será sin duda el filete de sardina o el mejillón, pues las aguas están más tranquilas.


 




Se dice que el viento es el peor enemigo del pescador de caña... Para algunas modalidades como la pesca al tiento con cañas de puntera fina puede ser muy mala porque el poco peso de la caña junto con su longitud nos hará que tengamos que asegurarlas en todo momento, además del movimiento que dará el viento a la puntera evitando que podamos detectar bien las picadas. Si pescamos a fondo tal vez nos afecte algo menos, aunque las picadas se notarán peor, y debemos tener presente que si estamos en playas artificiales o de arena muy fina nos será muy engorroso ya que nos llenaremos de ésta al igual que nuestros equipos. Lo peor es para la pesca a boya, pues nos puede hacer insoportable aguantar la fuerza que el viento ejerce sobre la caña y ésta sobre la mano. De estas apreciaciones se deduce que en los días de viento, si nuestro puesto está muy expuesto, lo mejor sería cambiar de ubicación a otro no tan bueno en apariencia pero que nos permita pescar cómodos y detectar bien las picadas.



 



El cebado de la puesta es una parte muy importante para que una jornada de pesca sea buena. Si todas las condiciones son las idóneas un buen cebado a veces es la diferencia entre una jornada exitosa y una no tanto. Algunos pescadores expertos en la pesca a corcho del norte de España llevan dentro de la cesta de pesca una naranja; no es broma saber cómo actúan las corrientes de nuestra puesta y es importante para adivinar hacia dónde se moverá nuestro macizo y así saber por dónde nos entrarán los sargos o simplemente comerán el cebo que arrojemos al agua. Esto es aplicable a un rompiente o un puerto -claro está que en una playa no es efectiva-, pero en estas zonas algunas indicaciones nos pueden dar señales acerca de dónde estarán los sargos. La observación en este caso será nuestra mejor aliada; por ejemplo en aquellas playas con arena fina propias de oleajes fuertes las zonas donde rompen y forman nubecillas de arena serán las más propicias para poner nuestro cebo, así como en las playas de fuerte pendiente la zona anterior al escalón donde levanta la cresta de la ola.


 
 




Muchos pescadores llevan aparejos para pescar sargos que no son los más apropiados. Si ponemos un plomo mucho más pesado de lo necesario para las circunstancias de mar restaremos naturalidad al cebo y más vale pecar por falta que por exceso. La longitud de nuestros terminales será determinante para que éstos doten al cebo de un movimiento atrayente, aunque con mucha mar un bajo muy largo puede hacer que se líe en exceso. Aquí la experiencia rápidamente nos hará ver el largo del bajo apropiado a cada circunstancia. Como casi siempre el mejor consejo es probar y probar y extraer nuestras propias conclusiones.

Otro error muy difundido es el grosor de las líneas empleadas en el aparejo. Éstas deberán tener el diámetro acorde con el lugar, las circunstancias del momento, etc. Si nuestra postura está a 5 metros del mar y tenemos que remontar los sargos hasta nosotros, no podemos afinar tanto como si podemos cogerlos directamente o vararlos en la playa, del mismo modo que no podemos afinar si estamos en una zona de bloques o de rocas que nos roce con frecuencia nuestro aparejo pues éste partirá.

Otra norma a seguir es la de aumentar notablemente el diámetro de la línea a emplear durante la noche, pues es más fácil conseguir grandes ejemplares. Los trabajaremos con más dificultad por la ausencia de luz y además estarán más confiados al tomar los cebos. Los anzuelos también deberán ponerse en función del cebo y la modalidad empleada. Si pescamos con camarón a boya, deberá ser recto y bien afilado de buen tamaño, para enganchar al mínimo toque rápido. Si pescamos a fondo con chipirón mejor que sea de los denominados de pico de loro para permitir que lo engullan sin que noten nada raro que les haga recelar y soltar el cebo.

   




 
Los cebos, salvo aquellos que han probado su efectividad sobrada en todo tipo de escenarios tras esta especie, como el caso de la gamba pelada y salada, el mejillón o bien el filete de sardina salado, serán los que estén presentes con más o menos frecuencia en el escenario de pesca. Algunos muy efectivos, como mejillones, camarones, navajas, cangrejillos...que nos darán en más de una ocasión grandes satisfacciones.


 



 
Los sargos pueden ser grandes, en casos excepcionales pueden llegar a los cinco kilos, pero lo normal es que uno de kilo o kilo y medio sea una buena captura e incluso menores. Si queremos disfrutar con su pesca deberemos utilizar los equipos más ligeros que las modalidades y las zonas de pesca nos permitan. Por ejemplo, pescar en un acantilado con una caña de las utilizadas para la pesca de la trucha a mosca es algo descabellado, pero en un puerto no, y nos permite disfrutar incluso con capturas de cuarto de kilo si el equipo es bien ligero. Un error muy difundido es el utilizar equipos demasiado pesados en condiciones que no precisan de ello, así lo que conseguiremos será disfrutar menos de nuestras capturas.

   




 
En aguas atlánticas la marea es de gran importancia. Tal vez en lugares determinados coman en bajamar, pero lo normal es que entren a nuestras posturas con la subida de la marea pues ésta les permitirá acercarse a los percebes, los cangrejos o simplemente cubrirá las zonas donde los gusanos habitan. Por tanto estas horas de pleamar o marea alta serán en las que deberemos centrarnos, pero también las primeras horas de bajada después de la pleamar serán buenas porque arrastrarán los alimentos que hayan descubierto las olas a zonas más profundas mar adentro.

Deberemos hacer coincidir nuestras jornadas de pesca con las horas de la subida de la marea o las primeras de la bajada, o bien buscar aquellas zonas que son susceptibles de haber sido cebadas de forma natural por la pleamar y donde se acumulen los seres que la marea arrastro en su bajada, tales como puntas de roca a la salida de una playa, desembocaduras, etc…


 
 




Es habitual que el sargo se mueva y se alimente en bancos. Si cebamos las aguas y atraemos a un buen grupo es una pena que por una maniobra torpe o acelerada se pierda la postura de pesca. Algunos ejemplos de maniobras a evitar: que un sargo se nos suelte por el aire y se golpee contra las rocas en su caída dejando caer escamas al agua tras golpearse, o plomazos ruidosos e innecesarios sobre la zona cebada. La sutileza será nuestra mejor aliada sobre todo en modalidades como la pesca a boya o al tiento, donde pocos metros nos separan del sargo. Una solución por ejemplo sería si la puesta de pesca es mala para remontar las capturas llevarlas prendidas a una zona donde podamos cobrarlas mejor.

 

7 comentarios:

  1. buena entrada
    gracias por compartirla

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  2. Tienes una foto de las catedrales de Ribadeo, pues bien, para que lo sepas en las catedrales cuando mejor pica el pescado es en marea baja, justo cuando empieza a subir......

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  3. Parte del artículo lo copiaste de un episodio de cañas y aparejos. ¿¿¿¿¿ Verdad????

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  4. Lamento decirte que te equivocas. No conozco el episodio que citas. Siento defraudarte, pero es posible que ese episodio sea copiado. Un saludo

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  5. Hola, me ha encantado tu entrada, con consejos útiles y unas fotos realmente ilustrativas. Vamos a compartir a ver si entre todos vamos mejorando nuestra técnica. Saludos !!

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  6. Estupendo post compañero os dejo otro muy bueno sobre la pesca del sargo, un saludo y mucha pesca

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  7. Hola amigos e encanta la pesca del sargo a boya soy de Málaga y me gustaría saber si hay gente que se dedique a llevarte a pescar sargos haría el viaje sino para hacer un día de pesca cómo los que veo en vuestros videos.
    Un saludo desde Málaga

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