martes, 17 de septiembre de 2013

¿Hay plaga de estrellas de mar?



Un buzo sale del agua tras recoger estrellas de mar. En la cubierta de la embarcación se aprecia una gran cantidad de ejemplares de esta especie depredadora



La flota pesquera, marisquera y mejillonera alerta de la proliferación de plagas, y especialmente muestra preocupación por la abundancia de estrellas de mar y anémonas. En el sector creen que "el cambio climático, la temperatura de las aguas o las modificaciones en el régimen de vientos y corrientes marinas" pueden facilitar el desarrollo de esas u otras especies predadoras que afectan a los bivalvos y, en consecuencia, causan pérdidas cuantiosas. Pero también sugieren que el fondo marino está "colapsado y totalmente contaminado", por lo que creen preciso "oxigenarlo", aunque para ello sea preciso recurrir a artes o aparejos de pesca prohibidos o en desuso.
Hay ciertos útiles que ya se usan para labores de regeneración de bancos marisqueros, pero que sin embargo están prohibidos para la realización de labores extractivas. Lo que sucede es que se emplean en zonas muy concretas, y lo que se plantea es hacer una especie de "regeneración global de la ría".
En la flota se refieren a las artes de arrastre, es decir, las empleadas en aguas más profundas que las de tracción manual. Dichos aparejos, como sucede con el rastro de la vieira, se usan cada vez menos, ya que la presencia de toxina limita cada vez más las campañas extractivas. Otros, como el "endeño remolcado" o "can da ameixa", son aparejos limitados a zonas muy concretas de Galicia.
En ambos casos se caracterizan por disponer de dientes que se ocupan de rastrillar el fondo marino. "Lo que sucede es que ahora que no se emplean y se acumula todo el fango, la materia orgánica y material inservible sobre el lecho de las rías, y eso impide el normal desarrollo de especies como la almeja", alegan en el sector.
Lo que pretenden los mariscadores, y los bateeiros coinciden en ello, ya que también se sienten amenazados por los depredadores marinos, es que la Consellería do Medio Rural e do Mar autorice un uso mayor de aparejos como el "can da ameixa", que en la rÍa de Arousa era conocido como "cansito" cuando era arrastrado desde las pequeñas lanchas de los rañeiros o mariscadores de a flote.
"Al utilizar de nuevo el cansito estaremos oxigenando el fondo marino, y con ello permitiremos la recuperación de especies de interés comercial, al tiempo que acabaremos con depredadores como la estrella de mar, cada vez más abundantes", apostillan en el sector marisquero.
Las mismas fuentes aseguran que "algunos buzos han comprobado que es casi imposible poner una mano en el fondo sin tocar una estrella, y eso significa que el número de depredadores va en aumento, por eso la producción de almeja sigue en descenso".
Benito González, presidente de la Federación Gallega de Cofradías y patrón mayor de Cambados, confirmaba ayer que el "cansito" se usa de una forma muy testimonial en Galicia. "En Cambados lo usamos para regenerar algunos bancos, pero no se emplea para la extracción de producto", alega.
El cambadés reconoce que, efectivamente, es un arte "muy bueno" para regenerar el sustrato, y añade que "al no utilizarse tanto como antes el rastro de la vieira y otros útiles semejantes es evidente que cada vez el fondo está menos oxigenado".
"Estamos ante un claro problema de degradación del fondo marino -manifiestan en el sector bateeiro arousano-; antiguamente el 'cansito' que empleaban las planeadoras ayudaba a sanear el lecho de la ría, pero desde que esas y otras artes de pesca dejaron de utilizarse, la productividad va a menos". Lo que está claro, terminan, es que "el mar necesita revolverse".
El "enseño remolcado" o "can da ameixa" es un arte de arrastre antiguamente muy utilizada para la captura de almeja rubia. Sujeto a planes específicos de trabajo muy puntuales, como los de Corcubión, Bueu o Cangas, este elemento se emplea en la ría de Arousa únicamente con la intención de regenerar el fondo de bancos marisqueros en Cambados, A Illa o Ribeira. Muchos creen que debería usarse para una regeneración global de la ría.
El patrón mayor de Cambados, Benito González, indicó ayer que en las próximas semanas se celebrarán las reuniones para que cabildos y Consellería do Mar puedan pactar el inicio de la campaña de libre marisqueo, inicialmente previsto para el 1 de octubre. Parece que "hay bastante almeja y berberecho; ahora falta revisar los informes de los biólogos para ver cómo es de tamaño" y así tomar las decisiones oportunas en cuanto a días de trabajo semanales, topes de captura y demás.


Manejo del rastro de la vieira, cuyos dientes aran y oxigenan el fondo




En una huerta el agricultor elimina las malas hierbas y a continuación ara la tierra, procediendo solo entonces a sembrar las semillas con las que espera obtener una buena cosecha. En la ría, y más concretamente en sus bancos marisqueros, el sector limpia las zonas productivas y elimina el "estiércol", es decir, retira algas, depredadores como la estrella de mar y todo cuanto entorpezca el normal desarrollo de la producción.
Después ara también el substrato marino, y esto puede hacerse mediante artes como el "enseño remolcado" o "can da ameixa", al igual que con el rastro de la vieira y otros elementos de arrastre semejantes. Solo después de preparar el fondo marino se procede a la siembra de la semilla de bivalvos como la almeja o el berberecho.
Eso es lo que ahora reclaman en el sector, por eso piden que se permita e incentive la utilización de artes en desuso o incluso prohibidas. Es más, incluso hay mariscadores y bateeiros a los que también preocupa el aumento de depredadores, que consideran que si la Consellería do Medio Rural e do Mar no autoriza esta práctica, "muy pronto tendrá que ser la propia Administración la que invierta dinero para regenerar el lecho marino, ya que está completamente destrozado y pierde su riqueza a pasos agigantados". Lo cierto es que en la propia Xunta explican la utilidad de este tipo de artes de arrastre. El popular rastro da vieira, por ejemplo, se emplea tanto para esta especie como para la zamburiña, la volandeira y la ostra. "El rastro es remolcado por la embarcación arrastrándolo por el fondo y removiendo el substrato gracias a la hilera de dientes que posee este utensilio para levantar así las capturas que encuentre a su paso, las cuales quedan atrapadas en el cope" o red. Precisamente gracias a esa acción de arrastre y movimiento del fondo marino se logra una oxigenación y una "revoltura" que, según el sector, "frena el desarrollo de las especies depredadoras".
"Lo ideal sería realizar ese tipo de labores de regeneración del substrato en febrero o marzo, después de los temporales de invierno", espeta el patrón mayor de Cambados, donde ya usan el "can da ameixa" o "cansito" para regenerar sus bancos productivos.

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