miércoles, 2 de octubre de 2013

Polémica en Asturias por causa del salmón





La Coordinadora Ecoloxista ha exigido al Principado que no se deje engañar por las presiones  realizadas por las sociedades de pescadores  para poder pescar más salmones en la próxima temporada.
Como se sabe, la situación de esta especie uno de los símbolos de Asturias es muy delicada. Esto lo dicen las obras oficiales publicadas recientemente como "Ictiofauna Continental Española. Bases para su seguimiento, publicado por el CSIC en 2011”, o el “Atlas de los ríos salmoneros de los ríos de la Península Ibérica”, realizado en  con la colaboración de todas las Autonomías con recursos salmoneros, y se traduce en ciertos indicadores como la evolución de las capturas en pesca deportiva a largo plazo, que se han reducido un 80% desde mediados del siglo XX, en una dinámica notoriamente descendente.
Frente a esta evidencia, hay ciertos sectores de la pesca recreativa en Asturias que, con el inexplicable apoyo de algunos alcaldes y contra toda evidencia científica, defienden una supuesta abundancia del salmón y abogan por permitir un mayor número de capturas y en aumentar los días hábiles y las zonas para su pesca, justo lo contrario de lo que hay que hacer ante la crítica situación descrita, que evidentemente es un problema grave de supervivencia de la especie tanto a corto como a medio y largo plazo y que como tal hay que abordar.
Por ello, le instamos a que de forma cautelar se adopten las medidas adecuadas para revertir esta crítica situación. 
Está claro que además de reducir la pesca de los ríos por parte de los pescadores, que son con diferencia los mayores causantes del declive de la población, aunque es evidente que no el único.
Aparte hay otras baterías de medidas que seguimos solicitando que el Principado puede tomar en sus competencias y que nos parecen fundamentales para conservar el hábitat donde se desarrolla la especie, que no se han desarrollado en el tiempo que llevan en el Principado.
- Evitar los vertidos de aguas residuales urbanas e industriales,  ante un deficiente  y vergonzoso sistema de saneamiento en las zonas rurales, que teniendo muchas de ellas depuradoras, no funcionan, pero concentran los focos de vertidos.
- Evitar la colmatación de arroyos y ríos, por los vertidos constantes de canteras, graveras, areneros y escombreras que están presentes en todas las cuencas en zonas sensibles, destacando la del Narcea, y que eliminan zonas de freza.
- Reducir la contaminación térmica al utilizar las aguas para refrigerar la industria, destacando el caso de las térmicas, problema que va aumentar con los nuevos grupos de gas. Esta contaminación ya se produce en el Nalón, Narcea y Caudal. 
- Mantener el bosque de ribera y donde haya desaparecido recuperarlo, como mantenedor de biodiversidad, refugio y mantenedor de condiciones de temperatura que son fundamentales para garantizar la supervivencia de la toda la fauna asociada al río; peces, aves, anfibios, reptiles, insectos.
- Recuperar los cauces de los ríos, que en muchos casos se han artificializado convertidos en canales, lo que conlleva la destrucción de los ecosistemas de ribera.
-  Supresión de numerosos obstáculos para facilitar el remonte de los ríos, que están en forma de grandes presas presentes en el Nalón, Narcea y Navia, y de obstáculos de menor entidad muchos de ellos en desuso en el resto de las cuencas.
- Control de captación de las aguas para los diferentes usos, que están secando los cauces.
- Mantener la reserva genética, suprimir las repoblaciones, que además de costosas e ineficaces resultan perjudiciales para las poblaciones salvajes de salmón y trucha ya que reducen la variabilidad genética y aumentan las posibilidades de transmisión de enfermedades.
- Control de las especies piscícolas no autóctonas que  colonizan tramos de los ríos, en detrimento de las especies autóctonas. Es muy preocupante la situación expansiva de especies alóctonas como;  el cacho, la boga, la carpa, el carpín, el blackbass, el gobio, los cangrejos americanos y señal.  
- Control del furtivismo, mejorando la vigilancia del recurso y de su hábitat, con reposición y aumento de efectivos de la guardería, dotados con más y mejores medios. 
 Si no se toman medidas valientes y radicales tanto a corto plazo como  de futuro, se está poniendo en peligro esta especie emblemática, no podemos permitir que los caprichos de los políticos y el plegamiento a los intereses de ciertas asociaciones de pescadores que creyéndose propietarios del recurso entienden a los salmones como de su exclusiva propiedad,  siguen anclados en una idea extractiva y depredadora de la pesca ya superada por los acontecimientos.
Si no somos capaces de atajar esta situación no dudamos que a muy corto plazo se acabe con la diversidad biológica de los ríos asturianos, que recordamos es patrimonio de todos,  no sólo de los pescadores. 

 

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