sábado, 16 de noviembre de 2013

Primer barco comercial de pasaje en el río Mandeo



Rafael Lage y Javier Naveira se ocupan de la restauración del barco desde su reflotamiento



La ría de Betanzos contará con el primer barco de pasaje con licencia para la navegación comercial en el plazo de seis meses. Esa es la previsión que manejan los actuales restauradores del Calabrote Uno, la embarcación que llevará a cabo ese servicio si se cumplen todas las previsiones tanto de ejecución de los trabajos como de obtención de los trámites administrativos necesarios para conseguir las licencias.

La historia del barco es singular. Hasta hace nada era un obstáculo de la navegación, ya que permaneció hundido cuatro meses a la altura del paseo de la Tolerancia. Hubiera sido un triste final para una embarcación que fue trasladada al Mendo bajo un proyecto similar, que no llegó a fructificar.

El Calabrote Uno fue donado a Regina Silvarrey Doldán y José Rafael Lage Martínez. Lage y el marido de Doldán, Javier Naveira Sanmartín, son los que se ocupan de los trabajos de recuperación. La familia Naveira había adquirido este barco, y su gemelo Estacha, en el 2008, pero no llegaron a cumplir los requisitos legales para poder trabajar con las embarcaciones y finalmente uno de ellos acabó en el fondo del río, siendo un incordio para la navegación.

Doldán y Lage lograron que fuese donado con el compromiso de sacarlo del río Mendo y ponerlo a funcionar. Hasta el momento, ejecutaron ya el reflote y realizaron la limpieza interior de una embarcación que tiene 16,80 metros de eslora y 4 metros de manga.







Es un proyecto personal en el que han decidido asumir todo el trabajo que puedan ejecutar sin la ayuda de terceros y, por el momento, ya han puesto a funcionar el motor. Para ello hasta se han apuntado a un curso de carpintería de ribeira, que realizan en el taller de José Manuel Gómez Porto, en el puerto de Lorbé promovido por la asociación Os Patexeiros.

La documentación del barco les permitirá asumir el recuperar el diseño que tenía antiguamente, cuando navegó por aguas ferrolanas. Su propuesta es habilitar la cubierta con dos mesas de 8,5 metros de largo, que les permitirá contar con un total de 58 plazas para pasajeros. «Só vai andar polo interior da ría», comenta Naveira, el más experimentado en este tipo de proyectos, ya que recuerda que tuvo su primer barco con 14 años y llegó a contar con siete embarcaciones en la ría de Betanzos en el pasado.

«Traíaos de Lorbé, eran bateeiros que recuperaba, poñíaos a andar e os alugaba para Os Caneiros», comenta y explica que, después de años, optó por abandonar esa actividad cansado de luchar con los barcos.

La adquisición de Lage de una embarcación de 8 metros para navegar fue lo que les hizo volver a la recuperación de embarcaciones y, tras ampliar miras, por hacerse con el barco de la familia para llevar a cabo el proyecto. Tanto es así que es fácil verlos mañana y tarde, en las horas libres que le deja a Naveira su trabajo como palista y a Lage el suyo como delineante, trabajar en el puerto de Betanzos, donde está amarrado el Calabrote Uno.

«O proxecto é viable, aquí non hai ningún barco que poda facer estas rutas», explican y comentan que no aspiran, por el momento, a que los retire, pero sí que sea un complemento a su actual actividad.

El trabajo de restauración y la obtención de los permisos para navegar estiman que tendrán un coste que rondará los 12.000 euros, teniendo en cuenta que cuentan con el apoyo económico de algunos hosteleros y la colaboración de una ferretería para parte del material que necesitan y de un taller mecánico para el arreglo de piezas.

Ya han comunicado a Capitanía Marítima su intención de poner en marcha estas rutas fluviales, para conseguir que la ría de Betanzos tenga un nuevo reclamo turístico con total garantías para el pasaje.


 

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