sábado, 2 de agosto de 2014

Un vertido de purín obliga a cortar el agua a 3.000 vecinos de Muxía


Un vertido de purín en el río Negro dejó ayer sin agua de la traída municipal a los vecinos de tres parroquias de Muxía (la capital municipal, Moraime y Ozón), que suman unas 3.000 personas, aunque la mitad de ellas tienen abastecimiento propio. El alcalde cree que unos 1.500 turistas también se vieron afectados. El Concello cortó el suministro sobre las 10.00 de la mañana tras constatar que el líquido salía turbio. Pero ya antes el mal olor se había propagado por algunas zonas de la localidad. El gobierno local dio parte a la Policía Local y al Seprona. Algunos usuarios, alarmados, también llamaron a los agentes de la Guardia Civil.

El corte provocó molestias y daños a todos los usuarios, pero sobre todo a los locales de hostelería. Algunos, tuvieron que cerrar sus puertas, y otros, limitar sus servicios. También hubo alojamientos hosteleros que se vieron obligados a reorganizar las estancias de sus clientes. La coincidencia con uno de los momentos de mayor ocupación hotelera en un municipio turístico, especialmente en la zona costera, ha agravado la situación, y el enojo era patente entre los profesionales. El gobierno local colocó bandos por todos el municipio y advirtió en numerosos locales del peligro de consumir el agua que aún estaba en la tuberías, antes de realizar el vaciado completo.

Al mismo tiempo, los agentes localizaron el foco del vertido. Se trata de dos fincas anexas situadas en la parroquia de Moraime, a unos dos kilómetros de la depuradora, en las que se habrían vertido, el día anterior, tres cisternas de unos 14.000 litros de capacidad cada una. Debido a la situación del terreno, una gran parte de este líquido acabó directamente en el cauce fluvial.

Ayer por la mañana aún se veían los efectos sobre las leiras, además de una pista y las cunetas próximas. En el Concello estaban preocupados por la situación, ya que la previsión de lluvias acarrearía más desplazamientos de los purines en la misma zona. Una zanja podría ser la solución momentánea, aunque la medida aún se valoraba ayer por la tarde. El presunto autor de la acción se enfrenta ahora además a los cargos por un presunto delito medioambiental, como le imputaron los guardias, según fuentes de la investigación. Un vecino de la zona, que prefiere que no aparezca su identidad, contactó con la Redacción de La Voz para quejarse de este suceso y para recordar que no es la primera vez que pasa algo parecido en el cauce del río Negro, aunque tal vez no con tanta intensidad como en esta ocasión. Además, al ser verano y con el caudal bajo, los efectos son aún peores.

El alcalde de Muxía, Félix Porto Serantes, espera que este incidente sea al último de estas características, y confía en que se tomarán medidas para evitar que se repita, que pasan sobre todo por la concienciación medioambiental de los ganaderos. La práctica de liberar purines en los ríos ha ido a menos en los últimos lustros en la Costa da Morte y en otras zonas de Galicia, pero de vez en cuando se repiten estos episodios.







El vertido de purín en el río Negro, y el consiguiente corte del suministro a las parroquias de Muxía, Moraime y Ozón, obligó al Concello a tomar varios medidas de urgencias. La primera, el vaciado de los tres depósitos afectados: dos situados en Os Muíños (parroquia de Moraime, en la que se encuentra la depuradora de agua potable), de 280.000 y 300.000 litros, y el de la capital municipal (700.000). Los tres suman casi 1,3 millones de litros de los que no es fácil deshacerse de manera rápida, ya que requieren unos tiempos de descarga, lo que retrasa la recuperación del sistema. Y los bombeos posteriores para el llenado también son lentos: de media, doce horas para recuperar la situación anterior. Además, la depuradora también quedó afectada al tener que tratar los miles de litros contaminados. En todos los casos hubo que limpiar y descontaminar.

Para tratar de agilizar el proceso, el Concello -según explicó ayer el alcalde, Félix Porto- contrató cuatro camiones con cisternas de 25.000 litros de capacidad cada uno para llenar el depósito mayor, y al menos garantizar ya hoy el abastecimiento. Por la tarde, esperaba que sobre las 2.00 de la madrugada de ayer sábado a hoy domingo ya se pudiese ofrecer agua. Los camiones se nutren de la traída de la Mancomunidade Comarca de Fisterra, a la que pertenece Muxía. Porto también agradece la colaboración, en medios, del Concello de Camariñas.

Con esta medida, confía en que se pueda salvar este fin de semana, y ya el lunes restablecer la plena normalidad. El coste, dijo, será elevado, por los alquileres de los camiones y sus constantes viajes cargados de agua, que recuerdan imágenes de no hace muchos años durante la sequía en parroquias como Caberta.

Pero esta situación también ha supuesto un trastorno económico para numerosos vecinos y establecimientos. A ellos va emitido un bando dictado ayer, el segundo, tras el que advertía de la situación creada: «As persoas e establecementos aos que estes feitos xerarán danos económicos poden poñerse en contacto con este Concello a partir do luns, día 4, para realizar conxuntamente as oportunas reclamacións», señala el comunicado.



Fuente: La Voz de Galicia

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