lunes, 1 de septiembre de 2014

Un vertedero submarino en Panxón



Montones de latas, botellas, aparejos de pesca y hasta neumáticos emergieron ayer del mar en Panxón. El entorno del puerto luce más limpio desde entonces. A los buzos y embarcaciones que se encargaron de la retirada de residuos se sumó después un grupo de personas para salvar a la fauna marina de la suciedad y dar a conocer sus características.







Guerra a la basura en Nigrán por tierra y mar. Casi un mes después de la inauguración del punto limpio municipal que pretende acabar con los vertidos incontrolados en los montes, ayer le tocó el turno al fondo del mar. La jornada de limpieza submarina organizada por el Grupo de Acción Costeira liberó al puerto de Panxón de buena parte de sus residuos. Ocho buzos -dos de ellos a bordo de embarcaciones- y tres barcos retiraron de forma voluntaria un total de 70 kilos de desechos tras una hora de trabajo, dificultado por la escasa visibilidad bajo el agua a consecuencia del mal tiempo de los últimos días.

Nasas, redes y cabos perdidos por los marineros que faenan en la bahía y sus proximidades, botellas y latas procedentes con toda probabilidad de los bañistas menos concienciados con el cuidado de la playa y hasta neumáticos y trozos de madera compartían hábitat hasta ayer con peces y mariscos junto al muelle.








Las tareas arrancaron a las diez de la mañana. Los submarinistas se sumergían para localizar los desechos que generan mayor impacto ambiental. Tras engancharlas a cabos y marcar su posición con boyas, las embarcaciones se sumaron a las labores. Marineros de la zona y colaboradores de las administraciones subían a bordo los residuos para descargarlos en el puerto con ayuda de personal de apoyo en tierra, que los seleccionó para depositarlos en diversos contenedores según su tipología.

Otro grupo de voluntarios se encargó de extraer la fauna mariña adherida a la basura retirada, principalmente estrellas de mar, erizos, cangrejos o bígaros, para colocarla en un acuario de forma provisional. Decenas de personas, la mayoría niños, los observaron y conocieron sus características de la mano de un equipo de monitores y con ayuda de material didáctico. Una vez estudiados, los organismos fueron devueltos a su medio natural.




Fuente: Faro de Vigo

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