domingo, 23 de agosto de 2015

Desarrollan prueba de toxicidad del agua 'amigable' para los peces






Científicos de la Universidad de York ayudaron a desarrollar una nueva prueba para detectar contaminantes en el agua que evita la utilización de peces vivos.

Los investigadores destacan que el nuevo procedimiento, que utiliza células de las branquias de trucha arco iris cultivadas en laboratorio, no sólo es más sostenible, sino también más rentable.

Cada año, en la Unión Europea se emplean más de un millón de peces para llevar a cabo pruebas de toxicidad e investigaciones científicas, y se necesitan alrededor de 400 peces para una sola prueba en la etapa temprana de un pez.

Las autoridades reguladoras a menudo solicitan estas pruebas de toxicidad para nuevas sustancias químicas, dado que los peces son particularmente sensibles a los contaminantes en el agua en el inicio de su vida y cuando empiezan a desarrollarse.

El equipo de científicos afirma que pueden predecir el crecimiento de los peces usando células de las branquias cultivadas, en combinación con un programa informático, después de sólo cinco días de experimentos.

Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Science Avances.

"La forma tradicional de trabajar en la evaluación de un riesgo químico consiste en una primera prueba y su posterior interpretación", explica el Dr. Romano Ashauer, del Departamento de Medio Ambiente de la Universidad de York.

"Hemos adoptado un enfoque diferente, que consiste en modificar primero un modelo matemático relativamente simple de crecimiento de los peces y en usar después los datos experimentales necesarios para alimentar ese modelo", agrega.

"El tema es que la experimentación con animales es éticamente controvertida y costosa. Las pruebas tradicionales requieren un gran número de experimentos con animales, lo cual no es práctico. Se necesita contar con test que pueda hacerse de forma rápida y en el laboratorio, y a bajo costo."

"Para nuestros experimentos sólo se necesitan cinco días de pruebas, y el modelo de simulación nos permite predecir los efectos sobre los peces después de 30 días o 60 días", detalla el Dr. Ashaue, quien utilizó para la investigación datos sin procesar proporcionados por la compañía de investigación agrícola Syngenta.

El investigador también pone de relieve que la técnica podría tener aplicaciones más amplias y reducir la necesidad de realizar experimentos con animales.

"Creemos que también se puede usar para las ratas y ratones, para cualquier cosa de la que queramos probar los efectos sobre su crecimiento. La idea general detrás de este tipo de modelo es que puede ser transferido a pequeños mamíferos", añade.

El proyecto financiado por la UE fue desarrollado por el Instituto Federal Suizo de Ciencia Acuática y Tecnología, en colaboración con el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich, la Escuela Politécnica Federal de Lausana y la Universidad de York.



Fuente: Fis.com

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