sábado, 16 de enero de 2016

Un arrastrero de Celeiro captura un kraken





A unos 400 metros de profundidad, en el caladero de Codillo, ha sido capturado el último calamar gigante aparecido en el mar Cantábrico. Lo pescó un arrastrero de Celeiro (Viveiro), el Minchos Sexto. Como otras veces, lo ha cedido a la Coordinadora para el Estudio y Protección de los Mamíferos Marinos, con sede en Luarca. Este último kraken es una hembra de 150 kilos de peso y más de 10 metros de largo, tentáculos incluidos. De la especie Architeuthis Dux, será conservado y expuesto.
«Es un ejemplar extraordinario, es de los más grandes que se han localizado en estos últimos años», ha explicado a Efe el presidente de CEPESMA, Luis Laria. El calamar gigante fue capturado con el arte de arrastre a unos 500 metros de profundidad y fue toda una sorpresa para la tripulación. «Ver un ejemplar de ese tamaño impone a cualquier persona, incluso a los que faenan diariamente y lleven años en el mar», ha comentado Laria. CEPESMA practicará la necropsia a este ejemplar, junto a otros dos que tiene congelados, antes de que finalice el año. La previsión es que el centro de divulgación científica Parque de la Vida, de Luarca, exhiba un total de ocho calamares gigantes a partir de principios del próximo año.

Fuente: La Voz de Galicia

Asturias: Dos cerqueros pescan 18.200 kilos de lubina





En la rula lo llaman 'campanada'. Es cuando, de repente, se produce una descarga inhabitual de cualquier especie después de que un pesquero se encuentre con algún banco grande. No se produce de una forma periódica, pero siempre que llega una 'campanada' es comentada en toda la rula, como sucedió esta semana con la lubina.
Entre el jueves y el viernes se descargaron en la lonja de Avilés 18.200 kilos de lubina. Nadie se atreve a certificar que se trate de una de las mayores descargas ni un récord histórico, pero las personas consultadas describen la captura como «excepcional». Sirva como referencia que, a lo largo del pasado mes de octubre se descargaron 5.289,64 kilos de lubina en la rula avilesina y en toda Asturias la cantidad ascendió a 10.841,94 kilos.
La 'campanada' comenzó el pasado jueves, cuando el cerquero avilesino 'Nuevo San Mateo' descargó 12.000 kilos de esta especie. Una captura excepcional y que, además, se ruló a un buen precio como lo demuestran los siete euros el kilo.
Es menos de la mitad que el precio medio de octubre (15,74 euros), pero también más del doble de las capturas. El buen tamaño de las piezas es uno de las razones de esos precios.
Los ejemplares jóvenes de lubina se desplazan en bancos, volviéndose solitarios cuando se hacen mayores. Es decir, todo indicaba que el 'Nuevo San Mateo' había encontrado un buen banco de la especie.
Con todo, el tamaño del banco de lubina aún fue rentabilizado por la flota avilesina y el pasado viernes se descargaron otros 6.000 kilos. La mayor parte de ellos, en concreto 5.014 kilos, fueron capturados por el cerquero avilesino 'Nuevo Santanina'. El resto fue aportado por otras embarcaciones.
El viernes también ofreció buenos precios para la flota, que vio como se vendía a 10 euros el kilo.
Con estas cifras, se cerraban dos jornadas que bien pudieran ser un récord en las cifras de capturas de esta especie en los últimos años. Con independencia de que fuese o no récord, los profesionales comentaban estos días lo espectacular de los números.


Fuente: El comercio

Pescan una chopa de 6,22 kilos






Gerardo Martínez (Cedeira, La Coruña, 1971) aprendió a pescar hace treinta años gracias a los conocimientos heredados de su padre. Y profundizó en ellos gracias a varios asturianos: Pepe Viña -excampeón del mundo de pesca submarina-, con quien compartió jornadas de deporte, y Alesandro Picasso, pero su gran mentor fue Rafael Puga "Falo". Todos estarían orgullosos al comprobar que su pupilo ha logrado un récord mundial tras pescar una chopa de 6,22 kilos. Ya tiene en su mano la acreditación europea que lo certifica y la mundial se está tramitando.

"Estaba a unos catorce metros, buscando lubina, en una grieta cercana a Cedeira, en aguas del Atlántico. De pronto me encontré con la chopa y salí detrás de ella hasta unos 17 metros, y logré pescarla", recuerda orgulloso Gerardo Martínez quien pronto reconoció de lo que se trataba. "Es una especie que abunda en esa zona. Pero no imaginé que el gran tamaño supondría un reconocimiento así", revela Martínez que no sabía que tenía entre manos el pasaporte para el diploma que reconoce su hazaña homologado. Un diploma que valida la Asociación Europea de Récords de Pesca Submarina, que en Gijón tiene a Constancio Herrera. La entidad promueve, sobre todo, la colaboración con las organizaciones científicas y administrativas y promocionar la pesca más selectiva y responsable.

La generosidad de Gerardo Martínez y esos lazos pesqueros con Asturias le ha llevado a donar su captura al Centro de Experimentación Pesquera de Gijón. "Tengo mucho aprecio a esta tierra", sostiene mientras se separa de la chopa que continúa inmersa en las labores de conservación para su exposición en el museo de la Casa del Mar. La "Spondyliosoma cantharus", conocida popularmente como chopa, compartirá espacio con crustáceos, cetáceos, tortugas y focas y otros pescados en lo que supone una oda a la fauna marítima del Cantábrico. Antes debe someterse a un proceso de puesta a punto hasta su exhibición final en el centro museístico gijonés.

Una vez descongelada la chopa, al ser de gran tamaño, se eviscera. La parte muscular puede mantenerse pero no así las vísceras porque podría provocar la podredumbre total. Luego se extiende completamente para que sean visibles todos los detalles y rasgos relevantes para poder clasificarla. Se mete en formol al 4%, en un volumen diez veces mayor que el del animal. En este caso reposará en formol alrededor de dos meses hasta que se paralicen los procesos celulares y así evitar la descomposición. En última instancia se introduce en alcohol, concretamente alcohol isopropílico, y perdurará así de forma indefinida aun a riesgo de perder parte de su coloración.

Por último es el momento de su exposición. Un convenio internacional estipula que los peces siempre deben ser expuestos por su lado izquierdo. "Salvo que esté muy dañado o que sea un pez plano. No obstante las excepciones son pocas", explica José Antonio Pis, responsable del montaje del museo.

Él se encarga de las visitas. Conoce cada especie y cada recoveco de un museo que ya empieza a quedarse pequeño. Lo hace sencillo, acostumbrado a las preguntas de los escolares. Las especies que forman parte de la muestra pertenecen al mar que baña las costas asturianas en un 99%. O bien por ser autóctonos del Cantábrico, de hábitat continuo o debido a migraciones, o bien aquellas especies que sorpresivamente aparecieron en aguas del Principado.

En el fondo del mar aguardan nuevas especies por descubrir. Algunas se creían extinguidas en estas costas y, de pronto, emergen a la superficie para sorpresa de todos. Todo apunta a que los récords no han hecho más que empezar.

Fuente: La Nueva España

Biólogos al rescate de la lubina salvaje





Que la lubina salvaje es un bien escaso lo dice el precio que esta luce en la etiqueta del expositor de la pescadería. No es una situación exclusiva de Galicia, ni mucho menos. De hecho, el drástico descenso de las poblaciones de esta especie ya ha obligado a la Comisión Europea a adoptar medidas de emergencia y, entre otras restricciones, limitar la pesca tanto a los marineros profesionales en el Reino Unido, Irlanda y aguas del Canal de la Mancha, como a los pescadores deportivos, que desde enero pasado solo tienen autorización para capturar tres piezas por persona y día.

La situación es tan crítica que, al margen de las medidas dictadas por Bruselas, Irlanda ya decidió prohibir la pesca comercial de lubina en aguas de su competencia, y Reino Unido no descarta aplicar el año que viene más restricciones por su cuenta y riesgo si considera que las que dictan desde la UE no son suficientes o no son las más adecuadas, según su criterio.

Por el momento se desconoce el impacto que tendrán sobre los stock de lubina las acciones de emergencia, y ni siquiera si se van a mantener o endurecer en próximos ejercicios. Pero, según cálculos de la propia Comisión, las medidas adoptadas reducirán alrededor del 40 % de los desembarques medios reconocidos en la UE (de 5.668 a 3.456 toneladas). El problema reside precisamente en ese reconocidos. Según Alejo Carballeira, catedrático de Ecología de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), para gestionar y predecir la evolución de la población es fundamental conocer cómo progresa la biomasa reproductora y la tasa de mortalidad, natural y por pesca. Esta última se calcula a partir de las estadísticas de desembarcos y «en algunos casos se comprobó que se registraban menos del 20 % de las capturas reales». Y no siempre por ocultar datos, como a veces se reprocha a la flota, sino porque la normativa de muchos Estados no obliga a declarar el desembarco. Es el caso del Reino Unido, donde los buques de menos de diez metros no tienen que anotar las capturas inferiores a 50 kilos y ahí se pierden muchas toneladas.

Los biólogos del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) rebajan el optimismo de Bruselas y advierten de que, a pesar de esa drástica reducción de las capturas -gracias a la veda impuesta para el arrastre pelágico durante la época de desove, la limitación de capturas y el aumento de la talla mínima de 36 a 48 centímetros-, se estaría todavía muy lejos de conseguir la explotación sostenible de la especie y para esquivar la necesidad de imponer una veda total, el ICES calcula que habría que reducir un 80 % las capturas, hasta quedar en 541 toneladas y, por supuesto, mantener la veda durante la reproducción de la especie.

Por ahora, las aguas gallegas se han librado de las duras restricciones impuestas a la pesca de la lubina salvaje. Pero Carballeira, desde la USC, apela a la responsabilidad de sector y Administraciones y recomienda que se adopten medidas preventivas «antes de llegar a una situación crítica de la población ibérica de nuestra icónica lobita», como el catedrático prefiere referirse a la robaliza, adoptando el apelativo derivado de su denominación francesa: loup de mer.

El ecólogo de la USC aboga por trasladar a aguas gallegas los límites a la pesca comercial y deportiva impuestos en Irlanda, Francia y el Reino Unido. «Vigilar y hacer cumplir la ley poniendo multas y castigos ejemplares es necesario, pero no suficiente, porque de poco sirve si se pescan ejemplares inmaduros, ovados o si no se limita la captura», explica Carballeira, al que le cuesta entender que haya cupos para la sardina, jurel o la xarda y no para especies menos abundantes y económicamente más valiosas por sus características culinarias y deportivas, como la lubina.

Dicentrarchus labrax es el nombre científico de una especie de la que el año pasado se descargaron en Galicia casi 300 toneladas y por las que se ingresaron 3,5 millones de euros: lubina en castellano, robaliza en gallego o seabass, en inglés. El catedrático Alejo Carballeira explica que su nombre vernáculo es griego (Labraki) y expresa la suerte percibida por un pescador que atrapa este pez. Ahora ya es solo por su escasez, pero es que, además, la lobita «es hermosa, astuta y luchadora, de ahí su gran interés deportivo». Tan hermosa como delicada, dice Carballeira, pues se deteriora fácilmente si no se captura con anzuelo.

Es una especie de crecimiento lento y larga vida. Puede superar el metro de largo y los 15 kilos de peso, siempre que viva más de 15 años. La especie soporta un amplio rango de salinidades y de temperaturas. Por lo que tiene de eurihalina, su hábitat se extiende desde aguas libres costeras a más de cien metros de profundidad a las desembocaduras de los ríos. Y por lo que tiene de euriterma (soporta temperaturas de entre 5 y 28 grados) madura sexualmente más o menos. En el Atlántico tarda 4 o 5 años en poder reproducirse, cosa que hace una vez al año.

Pocas alcanzan la madurez sexual a los 42 centímetros y, sin embargo, la talla mínima legal es de 36 centímetros. Solo si se sube a 48, la mayoría tendría la oportunidad de madurar y desovar al menos una vez antes de ser capturada. Además, con la edad se hace más fértil. Para que la fecundación sea efectiva, antes de realizar la puesta, las lobitas se reúnen formando grandes cardúmenes en las denominadas zonas de reproducción.


Fuente: La Voz de Galicia

Etiquetas satelitales ayudan a estudiar migración de la lubina






Pesca Continental Irlanda (IFI) ha desarrollado un innovador estudio de marcado con etiquetas satelitales para investigar las migraciones de la población desovante de lubina.

Un gran número de ejemplares adultos fueron marcados en Puerto Cork, y el estudio se llevó a cabo en colaboración con Finn Okland, del Instituto Noruego para la Investigación de la Naturaleza (NINA), Wildlife Computers -una empresa líder en el marcado electrónico-, y expertos de pesca locales.

Es poco lo que se sabe en la actualidad sobre los patrones de migración y el comportamiento de las poblaciones de reproductores de lubina. Este estudio fue diseñado para contribuir a llenar este vacío de conocimiento y proporcionar una mejor información para gestionar esta icónica especie de la pesca deportiva.

Para realizar la investigación, se les colocaron a los peces etiquetas satelitales en miniatura, desarrollados por Wildlife Computers, y se los volvió a arrojar agua en cuestión de minutos. Las etiquetas livianas están programadas para desprenderse de los peces a finales de la primavera de 2016, cuando transmitirán datos sobre la localización de peces y otra información científica al satélite ARGOS.

El sistema de satélites ARGOS recoge, procesa y difunde datos ambientales desde plataformas fijas y móviles en todo el mundo.

"La lubina es una de las especies más interesantes y valiosas de la pesca recreativa presente en aguas irlandesas", dijo el CEO de IFI, el Dr. Ciaran Byrne.

"Este proyecto es muy oportuno dada la gran atención internacional sobre la distribución de la lubina y las preocupaciones en torno a su estado. Desentrañar más sobre sus migraciones a través de esta asociación representa una excelente oportunidad para obtener nuevos conocimientos, que son esenciales cuando se consideran en el contexto del papel nacional del IFI en la protección y la conservación de esta importante, pero vulnerable especie", añadió.

Finn Okland, un experto internacional en telemetría de peces, brinda asesoramiento para este proyecto, y estuvo presente en el lugar donde durante cuatro días se tomaron muestras y etiquetaron ejemplares de lubina Puerto Cork.

En 2014 se realizó un esfuerzo similar, y la información obtenida se utilizó para mejorar las etiquetas y el estudio de este año.

Este estudio de marcado es un elemento del Programa Nacional de Conservación de la Lubina, un plan de largo plazo desarrollado con instituciones financieras internacionales con el objetivo de determinar el estado de las lubinas juveniles, preadultas y adulta alrededor de la costa irlandesa.

La estrecha colaboración con los pescadores es un elemento clave del programa, dado que la lubina es la única especie de peces marinos que se gestiona exclusivamente para la pesca recreativa. La experiencia de los pescadores locales, que capturan los peces que fueron etiquetados, es esencial para el éxito del proyecto.


Fuente: FIS.com