viernes, 8 de julio de 2011

Furtivismo a gran escala en Cantabria

 
 
Con 101 capturas en el balance final, la sensación con la que se llegó al fin de la temporada fue ciertamente positiva. Y de triple alegría: se lograron capturas notables en todas las cuencas, el Nansa parece haber salido del peligroso letargo de años anteriores y había peces para el próximo desove. Sí había, porque, al menos en el Pas, han 'volado' decenas de reproductores. El panorama, varias semanas después, es desolador.
 
Y es que la llegada del período estival ha traído aparejada los primeros problemas en los ríos salmoneros de la región. Las noticias que llegan desde el Pas son desalentadoras. Hace apenas dos semanas, los 'salmo salar' del coto de Puente Viesgo, refugio para esta especie hasta la llegada del invierno, cuando comienza su aventura hacia tramos más altos de la cuenca, se podían contar por decenas.
 
En cambio, este lunes, la cifra había descendido considerablemente. Apenas se contaban siete u ocho, señal inequívoca de que algo ha sucedido. Restos de sangre fresca y de escamas plateadas en las orillas, han terminado de confirmar las peores sospechas. El furtivismo ha hecho, de nuevo, estragos al salmón, aunque nadie acierta aún a determinar el número exacto de peces sacrificados ilegalmente. Algunos hablan de cincuenta o sesenta; otros, de menos. Pero lo cierto es que nadie sabe dónde están los ejemplares que aguardaban en Viesgo la llegada de los meses invernales.
 
Los pescadores tienen claro hacia dónde dirigir sus críticas. Por un lado, a los «desaprensivos» que han «robado» los peces. Pero también dirigen sus miras directamente a los anteriores responsables de la Consejería de Pesca, a quienes acusan de «no poner los medios necesarios para salvaguardar la especie» y de establecer medidas como el TAC «sin tener en cuenta cómo evoluciona la temporada». En su opinión, de nada ha servido que sólo se hayan pescado legalmente 41 salmones en el Pas cuando ahora, una vez cerrada la campaña, se han «robado» casi el triple de los capturados con la ley en la mano. «Es una vergüenza que no respeten al pescador», critican. «No puedo entender que los furtivos hayan pescado más salmones que nosotros con licencia».
 
A más, no se quedan ahí en su denuncia de la situación. Con la llegada del verano y el cierre del período hábil de la pesca del salmón -algunos tramos para la trucha permanecen abiertos hasta el 31 de julio-, los miembros de la Guardería son reasignados en otras tareas: el control de los montes para prevenir incendios es ahora una de sus prioridades. Los ríos quedan, por tanto, desprotegidos, critican los pescadores. El estiaje y el furtivismo, hacen el resto.
 
Los pescadores y ribereños consultados aseguran que esta situación no puede continuar. ¿La solución? Es simple. O al menos lo parece. Primero, prohibir el baño en las zonas sensibles para la especie, puesto que «con la excusa del baño muchos aprovechan para dañar la especie». Segundo, reforzar la vigilancia de los ríos, con actuaciones coordinadas entre las distintas administraciones. Tercero, replantarse el sistema de cupos, implantando un sistema que se adapte a la entrada de peces. Cuarto, realizar un seguimiento de los peces que remontan río arriba. Quinto, reclaman que se respete más la figura del pescador, con cuya mera presencia el río, dicen, «está aún más protegido».
 
Y por último, solicitan y confían en que los nuevos responsables de Pesca «tomen cartas inmediatas en el asunto». El futuro del rey del río está en juego.

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