El desastre que ha provocado este vertido en las aguas del Ulla podría haber afectado al 90% de la población autóctona de truchas con las que contaba el coto. Así lo estima su presidente, José Antonio Guerreiro. Según indicó ayer, tras los intentos que habían hecho por repoblar los ejemplares en este tramo del río, la cantidad de peces que podía haber actualmente era ligeramente superior a la de animales muertos.
Precisamente, una de las zonas más afectadas por el vertido es la que se sitúa en A Ponte Pedriña. Allí pudo tener su origen el vertido y en ella era donde los pescadores habían creado un coto de pesca sin muerte para intentar repoblarla. Al parecer, los desastres de años anteriores habían hecho que fuese muy difícil conseguir que hubiese el mismo número de truchas que en los 90, sin embargo, habían depositado sus esperanzas en este tramo restringido a la espera de que, poco a poco, lo pudiesen ir abriendo.
Ahora, cuando el número de muertes aumenta en cada recuento, los miembros de la asociación ven todo ese esfuerzo como un intento en vano. «Nosotros nos hemos encargado de alimentar a las truchas, de repoblar el río y, de pronto, nuestro trabajo se va al garete por culpa de un vertido», indicaba Guerreiro.
Incluso la indemnización que puedan recibir es ahora, para ellos, de menor importancia.
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