Cuando el Sol, la Luna y la Tierra se alinean en sus posiciones, se produce una suma de fuerzas de atracción entre 'Lorenzo' y 'Catalina'. Como consecuencia de este fenómeno que afecta al volumen de agua de la Tierra , se producen las llamadas mareas vivas, es decir, las pleamares y bajamares de mayor valor. Estas variaciones con respecto a la tendencia habitual tienen su máxima expresión en los equinoccios de marzo y de septiembre, que este año se producirá el próximo día 23.
En torno al próximo 23 de septiembre tendrá lugar el cambio de estación de verano a otoño, o dicho de manera más correcta, el equinoccio de septiembre. Será entonces cuando la Tierra se encuentre más próxima al Sol que durante los solsticios (junio y diciembre) y, por tanto, cuando las mareas sean las más vivas de todo el año.
Dada la proximidad del planeta al satélite terrestre, es la Luna la que ejerce una mayor influencia sobre las mareas, concretamente el triple que la incidencia del astro rey. Astronómicamente, como fruto de esta influencia y de las lunas llena y nueva de septiembre, es en este mes cuando se producen las mareas más altas.
En términos meteorológicos, la coincidencia de una baja presión atmosférica con vientos del sur o del oeste (que apilan el agua en la Tierra) produce una subida del mar. Es, por tanto, la suma de estos tres factores lo que ocasiona las llamadas mareas vivas equinocciales, tanto las altas como las bajas.
En el Instituto de Estudios Oceanográficos (IEO) cuentan con un seguimiento de la variación de las mareas de los últimos 50 años, registro que, según el investigador gallego José Manuel Cabanas, "muestra una tendencia a la subida de las mareas de "2 milímetros por año". Una tendencia que ha dejado un resultado, en opinión del científico gallego "nada alarmante", de 20 centímetros desde 1943.
El deshielo, con su consecuente aumento del volumen del mar y de su temperatura, es una de las causas de esta propensión que no afecta a todos por igual. "No quiere decir que esté creciendo en todo el mundo, en otros sitios está bajando" como es el caso de los países nórdicos donde "está descendiendo porque la Tierra, al no tener el peso de los grandes hielos, sube" asegura Cabanas. Una subida o bajada apreciable a largo plazo pero "prácticamente imperceptible en el día a día", declara.
El hecho de que afecte a unas zonas más que a otras depende, en gran medida, de la naturaleza de su costa y del uso que se le dé a la misma. Los muelles, las playas y los ríos son zonas susceptibles de inundación, algo que a penas se aprecia en zonas acantiladas. Esto explica por que la diferencia de las mareas vivas entre Rías Altas y las Baixas apenas es considerable, según el investigador, aunque la orientación de la costa es un factor importante.
"Aquí no se nota mucho porque no tenemos una costa llana, hay zonas inundables pero son pocas", destaca. Aún así José Manuel Cabanas reconoce que "en Galicia hay escenarios de subida del nivel del mar hasta 6 metros", lo cual puede llegar a anegar las zonas más susceptibles citadas anteriormente.
Las previsiones para este mes de septiembre tienen cierta tendencia a la especulación, ya que el tiempo atmosférico es relativamente impredecible. De todos modos y estableciendo como base la tabla de mareas del Instituto de Estudios Oceanográficos (IEO), para el miércoles 28 se espera una altamar de 4 metros y una bajamar de casi 0, una diferencia muy importante que en caso de sumarse con una borrasca fuerte y con vientos procedentes del sur puede llegar a ocasionar problemas en algunos puntos del litoral.
Sin embargo, las teorías sobre las subidas de los próximos años son especulaciones. "Hay quien dice que va a subir de manera considerable, otros aseguran que casi ni se va a notar" afirma José Manuel Cabanas. Al fin y al cabo, son cambios de la naturaleza que, como dice el investigador, "a no ser que haya un cataclismo o un fenómeno extraordinario" van a seguir la tendencia de las últimas décadas.
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