El panga es cultivado en granjas acuícolas a lo largo del río Mekong entre Vietnam y en China. Es tal el éxito que ha tenido este pescado en Europa (España es el segundo importador mundial desde Vietnam después de Rusia), que las importaciones han aumentado a un ritmo del 60% anual desde 2004. Por el contrario, en los Estados Unidos, han prohibido su importación, debido a la presencia de sustancias contaminantes y la sospecha que podría contener antibióticos.
Pero si para Europa es tan bueno, ¿porqué su consumo últimamente está tan cuestionado?
Fue el pasado mes de junio cuando el Eurodiputado Daniel Varela Suanzes-Carpegna (PP), solicitó a la Comisión de Pesca en la Unión Europea que se pronunciase acerca de los controles que han sido o están siendo llevados a cabo por la UE sobre las importaciones de filetes de panga de Asia, y qué resultados se han obtenido de ellos; si se ha detectado la presencia de sustancias prohibidas o contaminantes en las importaciones y, en caso afirmativo, si pueden especificarse los productos en cuestión y sus países de origen.
Varela también preguntó cuáles eran las razones por las que Estados Unidos rechazaba las importaciones de este producto mientras que la UE, con similares estándares sanitarios, admite su entrada hasta el punto que las importaciones de panga “se han colocado en el centro del debate político sobre la crisis del sector pesquero comunitario, que ha ido paralela al aumento de las importaciones de productos pesqueros a muy bajo precio procedentes de terceros países”.
La comisaria de Sanidad, la chipriota Androulla Vassiliou, respondió al eurodiputado en cuestión que su departamento puede prohibir las importaciones de panga procedentes de Vietnam y China si se detectan problemas sanitarios con este producto, cuyo control se efectúa tanto por funcionarios comunitarios como por parte de las autoridades competentes de puestos fronterizos cada país.
Una semana mas tarde, en el mes de julio, ante las repetidas denuncias de la Cooperativa de Armadores de Vigo y otras asociaciones del sector pesquero gallego, el periódico "El Correo Gallego" decidió enviar a Anfaco-Cecopesca, laboratorio de referencia de Galicia, muestras de este pescado para su análisis, adquiridas en diferentes supermercados de Vigo.
El resultado fue, como poco desconcertante, en 6 de las 8 muestras de panga se encontraron presencia de listeria monocytogenes, bacilo causante de la listeriosis, así como, en una de ellas, además, restos de la bacteria portadora del cólera (Vibrio cholerae).
Aparte, unos reportajes emitidos por la televisión francesa y otros que circulan en Internet (en varios idiomas), junto con otras informaciones reunidas, han llevado al Centro Superior de Investigaciones Científicas a señalar oficialmente que “se cree muy conveniente realizar análisis de posibles contaminantes de manera aleatoria en las partidas que se importan de panga y, por supuesto, de manera obligada en los casos de alerta sanitaria”.
La que también denuncia el consumo “masivo” de panga es la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos de España (APROMAR) afirmando que “vemos con preocupación la creciente comercialización de Panga en el mercado español, muchas veces bajo fraude a los consumidores en la identificación de la especie, especialmente a través del canal HORECA, donde se ofrece como solla, platija o lenguadina”.
El año pasado el consejero económico y comercial de la Embajada Española en Vietnam, Isaac Martín, consideraba que los valores de producción de esta especie seguirán creciendo de una forma moderada en los próximos años pero que tendrán que hacer frente a problemas como “el uso de sustancias prohibidas en las granjas”, que puede obligar a los países importadores a cerrar las fronteras a este producto, o cuestiones medioambientales derivadas de los efectos del desarrollo de una acuicultura intensiva que en el futuro puede limitar su producción.
El caso es que contaminado o no, el panga sufre, además, carencias nutricionales. Javier Ojeda, gerente de APROMAR sostiene que este tipo de pescado “no contiene en cantidades significativas aceites Omega 3 ni otros nutrientes esenciales que sí están presentes en los pescados tradicionalmente comercializados en España, tanto de acuicultura como de captura”.
No es cuestion de alarmarse, pero realmente, nos sorprende que este tipo de pescado que se sirve en los comedores de colegios, hospitales, residencias de ancianos y, como ya os hemos dicho, en nuestras propias casas, despierte tantas dudas y no sea sometido a una inspección seria.
Al final como es “agradable” al paladar (no por su sabor, que no tiene), sí no más bien por su falta de espinas y piel y su “comodidad” para su cocinado y consumo, se esta convirtiendo en la estrella de las pescaderias. Mejor que sigamos con lo conocido……..
No hay comentarios:
Publicar un comentario