En Os Novos se retiró vegetación de las orillas del río |
La situación del coto de pesca de Vilalba parece vivir una situación contradictoria, mezcla de satisfacción por las capturas logradas esta temporada y de temor por una situación que puede afectarle pese a no darse en su territorio sino en cercano tramo de pesca sin muerte.
Por un lado, la temporada de este año se cerró con unas capturas que pueden considerarse «en general buenas». La opinión corresponde a Marcos Lodeiro, que acaba de dejar la presidencia de la asociación de pescadores tras varios años al frente de la entidad. Las estadísticas recogidas durante la pasada temporada reflejan unas capturas de dos o tres peces por pescador y día, con lo que parecen estar en disposición de considerarse propias de un cauce de buena calidad.
Pero la situación que se ha dado en el coto del río Magdalena -que empieza en el puente de A Magdalena y acaba aguas arriba, en la parroquia de Lanzós, con unos seis kilómetros y medio de longitud- contrasta con la del tramo de pesca sin muerte, cuyos dos kilómetros y medio de longitud van del citado puente de A Magdalena a Os Novos, en donde el Magdalena confluye con el Trimaz. Las muertes de peces, con unos seiscientos alevines que perecieron en solo tres días durante el pasado verano, amenazan el futuro inmediato del coto, puesto que se trataba fundamentalmente de alevines de trucha que irían a desovar aguas arriba, a la zona acotada.
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