La flota del Cantábrico Noroeste inició la campaña de pesca de la caballa y muchos buques gallegos ya se encuentran en puertos de Cantabria y País Vasco para desarrollar desde allí su actividad, más cerca de los caladeros del golfo de Vizcaya, donde se encuentran los mayores bancos de pescado. La afluencia de pesqueros este año es muy superior a la de ejercicios anteriores, con la participación de más de un centenar de embarcaciones con base en Galicia, frente a las alrededor de 70 que acudieron a la costera en 2011 y en años precedentes.
"Este año la campaña va a ser de las que más participación tienen. Van los buques de siempre, los grandes de cerco, volanta, rasco y palangre, que son entre 50 y 70, pero también acuden barcos más pequeños, de artes menores", explica el secretario general de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Xoán Manuel López.
Las causas de esta mayor afluencia son los buenos precios que suele alcanzar la especie en lonja, cercanos a los dos euros el kilo, y el previsible cierre de la pesquería en apenas unas semanas, como ocurrió el año pasado, cuando la actividad quedó prohibida apenas dos semanas después de su apertura.
"Acuden más barcos por necesidad. Va a ser poco tiempo y los precios pueden ser interesantes, que les hagan rentable el largo viaje. La mayoría pasará los próximos días en puertos como el de Santander, pescando y descargando allí", señala el portavoz de los pósitos gallegos. "Aquí la pesca de caballa es accidental, apenas hay capturas importantes, por lo que es mejor desplazarse al golfo de Vizcaya para obtener buenos resultados. En cofradías que antes iban seis o siete buques a la campaña, ahora van el doble", añade López.
La flota del Cantábrico Noroeste cuenta este año con un cupo de pesca de 24.437 toneladas de caballa, frente a las 24.372 de 2011, después de que el Consejo de Ministros de Pesca de la UE de diciembre decidiese incrementar en un 0,27% los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas de esta especie.
De las posibilidades de captura de la bajura, en esta campaña se consumirá el 93% mientras que un 7% queda reservado por el Gobierno para la segunda mitad del año para compensar posibles capturas accidentales de las embarcaciones de cerco.
La flota de bajura tiene establecidos topes de captura por barco y día de faena mientras que los arrastreros cuentan este año, por primera vez, con cuotas individuales para cada buque. El Ejecutivo central repartió las 6.799 toneladas asignadas al arrastre entre los 105 pesqueros que forman este segmento, por lo que cada unidad podrá capturar este año 64,7 toneladas de caballa. Este sistema, sin embargo, asegura López, a la bajura "no le interesa" porque muchos pesqueros no participan en la campaña y la asignación de cupos individuales, entiende el sector, provocaría "un gran tráfico de posibilidades de pesca".
Inmediatamente después de que concluya la campaña de esta especie, comenzará la de la anchoa, por lo que, según las cofradías gallegas, muchos buques permanecerán en puertos de Cantabria y País Vasco para continuar con la actividad en los caladeros del golfo de Vizcaya.
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