La «brigada de obras», como se autodenominan medio en broma los voluntarios de la Venatoria de Bergantiños, que preside Manuel Vázquez Gómez, Lito, dedicó la mañana de ayer a ponerle coto a la deforestación del bosque ribereño do Añón, en Carballo. La plaga que afecta a los alisos está deteriorando los márgenes del río Anllóns, al que los socios de la Venatoria acuden a pescar. Para detenerla, ayer plantaron docenas de árboles autóctonos con la idea de que fijen el terreno y ayuden a preservar el ecosistema de la zona. Entre las especies plantadas ayer hay bidueiros, castaños, cerdeiras bravas, algún espiño albar e incluso unos cuantos avellanos «para que o que vaia pasear por alí se leve unha agradable sorpresa cando den froito», según explicaron los voluntarios.
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