No están aún todos los que tienen autorización, pero ya hay un puñado de barcos gallegos en busca de anchoa en aguas del Cantábrico. Y uno, sin querer, ya dio con ella el primer día de campaña. Capturó poco, apenas 800 kilos, pero ya da para abrir boca en una temporada en la que por primera vez en muchos años no hay preocupaciones por la cuota. Las 168 embarcaciones que van a tomar parte en la pesquería disponen de 26.000 toneladas, casi al nivel de los tiempos boyantes, en el que el cupo daba para negociar con los franceses y cambiar anchoa por merluza, rape y demás especies en la que España tiene déficit de posibilidades.
La costera del bocarte arrancó el 1 de marzo, tan solo un día después de que se cortase de raíz para el cerco la de la xarda. Pero aún no ha habido desembarcos masivos de la especie, que «adoita chegar máis tarde, hacia finais de mes», pero a lo tonto «xa irán uns 15.000 quilos». José Blanco es el armador del Portosín 2, uno de los 58 cerqueros gallegos que disponen de licencia para capturar anchoa en aguas del País Vasco y Cantabria. Anduvo por el caladero hasta principios de mes, pero cuando se cerró la pesquería de la xarda decidió poner rumbo al oeste, volver a su puerto base, en Portosín, mientras por el lado más oriental de la cornisa siguen las aguas frías. Pero, ironías del destino, dio en Galicia con la anchoa, «unha cousa que non se esperaba». Y no fue el único: «Houbo outros dous barcos que deixaron 5.000 quilos cada un». ¿El precio? Estupendo: 5 euros, uno menos que el de las primeras 800 toneladas subastadas.
Pero José Blanco seguirá por aquí, en el caladero gallego. Espera la llegada del sargo, que desde hace unos años visita, y en cantidad, las costas de Galicia entre marzo y mediados de abril. No será hasta después de esa particular costera que el Portosín 2 regresará al País Vasco, esta vez con la red para el bocarte, de malla mucho más tupida que la que emplean para la xarda o para el sargo.
Mientras cerqueros como el Portosín 2 regresaban a Galicia tras el abrupto fin de la costera de la xarda, otros, como el J. Teresa, del mismo puerto, decidieron permanecer a caballo entre el País Vasco y Santander. Se quedaron allí pescando «catro sardiñas, catro xurelos, algún que outro cabalón», lo que entre en la red mientras la temperatura no propicia la llegada del bocarte a la cornisa cantábrica.
Y, mientras, todo ha quedado organizado. Las federaciones del Cantábrico han marcado reglas estrictas para evitar que en esta costera se repitan los problemas que suelen ir asociados al arranque de la campaña. Aunque esta vez, en época de vacas gordas y menos miramientos con la cuota, quizá las cosas sean distintas.
Que haya 26.000 toneladas de anchoa para pescar durante toda la costera es bueno. Pero puede no serlo. Depende de si se capturan o no «con xeito». En medio de esa abundancia, organizarse y escalar los tiempos es primordial para evitar desplomes de precios o inoportunas saturaciones de mercado.
Es por eso que las federaciones del Cantábrico han pactado unas normas antes de arrancar la costera.
Empezando por el horario. Los barcos podrán salir a partir de las nueve de la mañana y tendrán que regresar a las nueve de la noche, hora en la que se ha fijado la última venta de producto. Además, cada embarcación tendrá un tope máximo de capturas: 10.000 kilos por barco y día. Eso para empezar. Si más adelante, en función de las circunstancias, se estima que debe subirse o bajarse, se hará, previo acuerdo de las organizaciones del sector. Han prohibido también realizar transbordos de pescado en tierra.
Otro requisito: al mercado no puede llegar anchoa de cualquier tamaño. En cada kilogramo que se ponga a subasta deberán entrar 55 piezas, en que han fijado la talla máxima.
Para velar por que se cumplan todas las disposiciones pactadas, se ha creado una comisión de seguimiento, con dos representantes por federación.
De Galicia acuden barcos de Vigo, Redondela, Cangas, A Illa, Portonovo, Cambados, Portosín, Aguiño, Camariñas, Sada, Ares, Pontedeume, Celeiro, Burela y Foz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario