El pulpo está en horas bajas y cada vez escasea más en las subastas de la comarca. Sin embargo, por décimo mes consecutivo, su precio se sitúa en máximos históricos, con cotizaciones medias que oscilan entre los 6,68 y los 7,04 euros. Pese a que el cefalópodo está por las nubes, a los marineros no les compensa dedicarse a la captura de esta especie porque, si se quedan muy lejos de llegar al cupo, cosa que ahora es lo más habitual que suceda, gastan bastante más de lo que ingresan.
Un marinero ribeirense, Ventura Iglesias, explica que cambió las nasas por los aparejos hace una semana: «O último día que fun só collín dous polbos de pouco máis dun quilo. Eu gasto en carnada uns quince euros e 11 en gasoil, así que por moi alto que vaia o prezo non saco para cubrir gastos».
El hecho de que el caladero marroquí no esté operativo por la falta de acuerdo para renovar el convenio pesquero ha beneficiado durante todos estos meses al pulpo gallego, propiciando el alza de precios.
Ante esta situación y la imposibilidad de coger otras especies, como pescadilla o xarda, numerosas embarcaciones se han dedicado a su captura: «Tantos barcos como este ano indo ao polbo non vin nunca», indica el profesional muradano Diego Vázquez.
Los caladeros se han sobreexplotado y la consecuencia es que es raro es el barco con cuatro tripulantes que logra llegar a puerto con 90 kilos de cefalópodo.
El producto escasea no solo porque hay más embarcaciones, sino también porque el atípico invierno ha propiciado que las naves hayan podido salir a faenar todos los días, con lo que el esfuerzo pesquero está siendo mucho mayor. Dentro de unos dos meses comienza la veda y profesionales como Antonio Suárez reclaman que sea subvencionada.
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