El cántabro Santiago Rojo echa su primera varada en el lance salmonero del puente «romano» |
Los ribereños y deportistas que se acercaron en la primera jornada de pesca del salmón no tuvieron fortuna en las aguas del Sella. Pese a que el nivel de ese emblemático río del Oriente era bajo para esta época en la recién estrenada temporada, lo cierto es que pulula algún que otro ejemplar por la zona media-alta de la cuenca. La suerte fue esquiva en este primer domingo de marzo y el ansiado campanu aún deberá aguardar a una mejor oportunidad.
Uno de los lances más populares del Sella, el del «puente romano» a su paso por la ciudad canguesa, estuvo en mínimos de ocupación, pues tan sólo dos deportistas llegados, desde Reinosa (Cantabria), los hermanos Santiago y José María Rojo González estaban a las 7.45 horas dispuestos a estrenarse en el Sella, lejos de las aglomeraciones de antaño en ese pozo salmonero. «En Cantabria no se abre la temporada hasta el 1 de mayo, por eso hemos venido hasta aquí», explicó Santiago.
La primera señal de alerta se dio en el coto de El Golondrosu, uno de los más prolíficos de la zona alta, en el que se encontraba la terna de deportistas segovianos formada por Juanjo Hidalgo, Miguel Ángel de la Esperanza, apodado «Curro», y su hijo, también llamado Miguel Ángel. Llevan más de quince años acudiendo puntualmente a pescar al río Sella, pero es el primer año en el que acuden en la jornada en la que se levanta la veda.
Allí, en El Golondrosu, a eso de las 8.45 horas, un preciado salmón se soltó de la caña sostenida por Juanjo Hidalgo, tras una lucha de apenas diez minutos entre el deportista y el «monarca» de los ríos. «Era un salmón de más de un metro de longitud, de unos 8 o 10 kilos», explicó el segoviano, quien estuvo sumamente cerca de apuntarse el que hubiese sido el primer ejemplar echado a tierra en Asturias y, por ende, en el Sella, en el actual 2012.
Optimismo contenido de igual forma se respiraba en el curso medio-bajo de la cuenca del Sella, más concretamente, en la zona libre de El Barco, en las cercanías de la villa de Arriondas, donde hubo de realizarse el pertinente sorteo de turnos de media hora -cultura ribereña-, ya que se personaron en el citado lance nada menos que 22 pescadores. En ese punto se atisbaron en los días previos hasta tres ejemplares.
El primer pescador en disfrutar de su correspondiente turno de 30 minutos dispuso de la opción de poder capturar el campanu, pero no demostró demasiada destreza con la cucharilla ante un salmón que estaba en postura. Incluso dejó bastante incrédulos al resto de deportistas y ribereños que aguardaban su correspondiente turno. Fue un querer y no poder. «El salmón desapareció de la postura», explicó uno de los sorprendidos testigos presenciales.
Al menos la mitad de los catorce acotados de la cuenca del Sella estuvieron ocupados por sus titulares. Como dato anecdótico cabe reseñar que la propia guardería se encargó de sacar el sábado del coto Ricao un ejemplar muerto que presentaba manchas. Pesaron la pieza en el centro oficial de El Portazgo, dando en la báscula 10,600 kilogramos (ya le faltaba parte) y tenía 105 centímetros de longitud.
«Hay más salmones en el río de los que yo creía. No está mal para la época en la que estamos», explicó Francisco Antonio Caldevilla Pérez, más conocido como «Antón el Cuatro», presidente de la sociedad de pescadores El Esmerillón, entidad colaboradora en la novedosa subasta del campanu del Sella 2012, junto con el colectivo Ribereños del Sella y el Ayuntamiento de Cangas de Onís, evento programado en los aledaños del «puente romano».
Tampoco tuvieron demasiada suerte los aficionados a la pesca de la trucha, que, de la misma manera, ayer iniciaron la temporada en las zonas salmoneras únicamente con piscardo. No hubo demasiadas capturas, aunque de las truchas pescadas la que más llamó la atención de los curiosos fue una, del tipo arco iris, echada a tierra por el afamado ribereño cangués Eloy Pereña Hernández, en aguas del río Sella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario