Alberto Fernández, a la derecha, con el comprador del campanu, José Castro de Pazo, el año pasado en Cornellana |
A solo un día del inicio de la temporada de pesca en los ríos salmoneros asturianos, la polémica generada a raíz de la captura del campanu del año pasado sigue coleando entre los aficionados y dando pie a nuevos debates en torno a la tradicional subasta del primer salmón de la campaña. Algunas asociaciones con peso en la región abogan por suprimir la venta del campanu para evitar situaciones como la de hace un año, que ha llevado al valdesano Alberto Fernández ante el juez acusado de fraude por la sociedad Mestas del Narcea, al poner en duda el colectivo que el salmón que presentó como el primero de la campaña, y por el que cobró 6.000 euros, había sido pescado en el Narcea. Este caso aún está en los tribunales. Otras sociedades consideran que la subasta es un atractivo insustituible y que ha de mantenerse.
«Si no hubiese dinero de por medio desaparecerían todas las polémicas. Cosas como la que ocurrió el año pasado siempre han estado en el candelero, no es la primera vez que hay sospechas y seguro que algún año se ha colado algún fraude», señaló Gil Ramón Rico, presidente de La Socala.
Rico avala su postura con un ejemplo: «Hace años, un afamado pescador, cuyo nombre no pienso decir, trató de precintar en el Esva, donde todavía no había salido el campanu, un salmón del Eo, pero lo pillaron», recordó. El presidente de La Socala asegura que «el dinero es muy goloso y la gente pica, está claro que eso puede dar lugar a fraudes».
En esa misma línea está posicionado el presidente de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial, Delfín Puente, que apuesta por premiar al pescador del primer salmón del año con otros incentivos «como cotos gratis, material de pesca, un viaje o lo que sea menos dinero».
Puente tiene muy claro que la sociedad a la que representa siempre defenderá «actos festivos o beneficiosos para la región», pero considera que «el erario público no se beneficia para nada de la subasta» y que sería conveniente eliminarla «para evitar cosas raras».
Celestino Pérez, presidente de la asociación de pescadores Mestas del Narcea, que fue la que denunció el presunto fraude del pasado año, está a favor de la subasta. «No entiendo por qué no se puede recibir un premio económico, el primer salmón de cada río es el único que se puede vender y es un gran atractivo que no se puede perder, es una de las cosas que nos dan prestigio», afirmó. Pérez no se había pronunciado hasta ahora sobre la polémica del año pasado, pero ayer quiso defender la actuación de la sociedad que preside: «Los que dicen que no habría que haber hecho nada ante el supuesto fraude de El campanu demuestran poca catadura moral. La subasta tiene que estar libre de toda duda, es un premio que la sociedad asturiana y los pescadores han sabido darse y sirve para ensalzar al salmón, uno de los símbolos de nuestros ríos y de su calidad ambiental», subrayó.
Nicolás Sánchez, vocal de «El Esmerillón» para la zona del Cares, tampoco quiere que se suprima la subasta. «Apoyo que se pague por El campanu, el pescador tiene que poder hacer lo que quiera con su captura. Además sirve para atrae turistas y generar atractivo», argumento. Román Herrero, presidente de la Sociedad de Pescadores Fuentes del Narcea, no piensa lo mismo: «El dinero lo estropea todo, bastaría con un simple trofeo o con algún regalo tipo material de pesca o cotos gratuitos». Pablo Osendi, de El Banzao, sostiene que «los incentivos económicos no son buenos para el deporte».
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