La cifra puede asustar, pero es real. Para que despues digan de los pescadores deportivos.
La costera de la xarda ha finalizado para las 56 embarcaciones de cerco con base en Galicia que se desplazaron a aguas del País Vasco y Cantabria. Pero eso no significa que se haya puesto punto y final a la campaña. Al contrario, continúa en marcha para la mayoría de los barcos gallegos que solicitaron autorización para tomar parte en esta pesquería estacional que está resultando bastante más que rentable.
Según datos de la Federación Galega de Confrarías, 82 embarcaciones de artes menores siguen capturando xarda con anzuelo en aguas del Cantábrico. Y continuarán haciéndolo durante algún tiempo más, dado que según el recuento del Ministerio de Agricultura, apenas han consumido un 15 % de la cuota que tenían para el primer semestre; esto es, han capturado algo más de mil toneladas de las siete mil que tienen concedidas.
Si se tiene en cuenta que hasta el momento la cotización de la xarda no ha bajado de un euro el kilo y que el buen tiempo ha propiciado que la práctica totalidad de las embarcaciones capturasen el cupo, puede tenerse una idea del buen sabor de boca que está dejando la costera. Los barcos de artes menores pueden capturar 500 kilos por tripulante y día hasta un máximo de 2.300 por barco. El cerco, hasta el miércoles pasado en que se cerró la pesquería, tenía autorizado un cupo de 8.000 kilos diarios. En definitiva, que en los ocho días de campaña -siete de venta efectiva- un cerquero facturó en torno a 70.000 euros, «cando o normal é que no mesmo período fóra da campaña fagas 10, 15, como moito 20.000 euros», explica el patrón de un barco con sede en Portosín. Casi el cuádruple. «Por eso sube a flota -explica José Blanco, armador del Portosín 2-, porque a campaña do verdel cambiou moito. Antes, valía o kilo a 0,15 ou a 0,18 e agora págase por riba do euro».
No es de extrañar entonces que se hayan animado -incluso cabría decir arriesgado- a hacer la ruta de la xarda embarcaciones de muy escaso porte, «auténticas chalanas», apuntan desde algún puerto. Fuentes de la federación señalan que incluso dos barcos de poliéster fueron en camión al Cantábrico desde el área de Pontevedra. No fue el caso de Basilio Otero, patrón mayor de Burela, que con su barco de diez metros, el Bearro Tercero, puso proa a Santander desde Burela. «Levoulle 45 horas, pero alá foi, parando e tirando e alá está», comentan los que se han quedado.
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