Vicente Cueto y Elena Elipe posan ante el campanu que tienen expuesto en la carnicería Delfina |
Va ya bichu”, exclama una señora en plena calle Rivero. Marcelino Vicente Cueto ni se inmuta. Lleva toda la mañana oyendo exclamaciones de admiración ante su establecimiento, la Carnicería Delfina. Y en parte pensaba en ello cuando colocó a la vista de todos los avilesinos el campanu por el que el día anterior había pagado 6.000 euros en la subasta de Cornellana.
“Me salió de dentro”, asegura cuando se le pregunta por qué decidió hacerse con el preciado pescado. Fue una decisión espontánea, que tomó en vistas de cómo se estaba desarrollando la subasta. “Le parecían poco los 5.500 euros a los que se había llegado y pidió permiso para entrar a la puja y decidió comprarlo”, explicó su mujer, Elena Elipe, que como muchas otras veces acudió a Cornellana con él y ambos conocen desde hace años al pescador que sacó el salmón, Enrique García. “Le pregunté a ella y me dijo: tú mismo”, explicó Cueto, que aseguró que “si el día antes me llegan a preguntar que iba a pujar por el campanu, ni se me hubiera pasado por la cabeza”.
El matrimonio es aficionado a la pesca, afición que han transmitido a su hijo y que Cueto sacó de su padre. El hombre, muy conocido en la ciudad por estar al frente de la carnicería, falleció el pasado mes de febrero y el carnicero asegura que en parte la idea de comprar el campanu fue por él, a modo de homenaje. “Sé que le hubiera gustado”, aseguró emocionado. La otra ausencia lamentada fue la de su hijo, que en esta ocasión no acudió a la subasta por estar “estudiando en A Coruña”, lamentó la madre.
A ella aún se le ilumina la cara recordando lo ocurrido el día antes. “Fue todo muy emocionante, cuando pidió permiso para entrar en la puja, subió al escenario, luego todos los periodistas...” y cuando los clientes le preguntan por la compra asegura que “hay que estar en el ambiente para entenderlo”.
Su satisfacción es plena al hablar de cómo el campanu , este año y gracias a su marido, “se quedó en Avilés, que siempre se iba fuera”. “Es bueno para esta ciudad”, aseguró ayer Elipe.
Qué hacer con el pescado Mientras tanto, el matrimonio piensa en qué salida dar el campanu.
“Hay varias opciones”, afirmó ella con una media sonrisa, y él reconoció que una gran comida, se hará.
Desde fuera de la carnicería hay quien sugiere que lo hagan “al horno con una buena ensalada”.
Precisamente ese interés y expectación es en parte lo que buscaba Cueto cuando el pasado domingo decidió comprar el campanu . ¿En tiempos de crisis un carnicero puede gastarse 6.000 euros en un salmón de algo menos de siete kilos? “Puedes verlo como un capricho”, dijo, y en unos segundos reconoció que “es una publicidad buena” para el negocio.
Y tanto. La historia de un carnicero, probablemente el pionero de la profesión, que se hace con el primer salmón de los ríos asturianos fue retransmitida por todos los medios regionales y buena parte de los nacionales.
Su escaparate, en la céntrica calle Rivero, era uno de los más concurridos y admirados en la mañana de ayer. Ahora queda saber si los clientes no sólo llegan hasta la puerta, sino también si entran y la inversión hecha en el campanu merece la pena.
Vicente Cueto muestra orgulloso el campanu, que expone en su carnicería |
«No tenía pensado pujar, pero cuando vi que no llegaba a los seis mil euros, le pregunté a mi mujer y me dijo que adelante». De perdidos al río. Y eso fue lo que hizo Vicente Cueto, un avilesino propietario de la Carnicería Delfina, en la calle de Rivero, y al que le apasiona la pesca y la caza. «No fui a pescar. A eso de las doce y media o así nos acercamos a Cornellana a ver la puja», explicaba ayer, al tiempo que sonreía mientras miraba hacia el escaparate, donde el primer salmón del 2012 permanecerá hasta el viernes: «Creo que se mantendrá bien hasta ese día».
Este carnicero de Avilés aún no tiene decidido quiénes serán los afortunados que degustarán el campanu. «Todavía no lo sé. Supongo que lo comeremos en familia, pero la verdad es que el salmón tampoco es algo que me vuelva loco. Tengo que preguntar a la familia», explica Cueto, que cuando tiene un segundo libre no duda en acercarse al río o a la mar a lanzar la caña.
«El año pasado no fui, pero hace dos estuvimos un par de veces y saqué uno de dos kilos seiscientos, con meruco y la caña de trucha. Fue a última hora y después de haber estado a la trucha», relata este carnicero avilesino a la vez que miraba el campanu que lucía en el expositor de su establecimiento.
Había cuatro compradores registrados para la puja, pero Vicente Cueto no pudo quedarse quieto cuando vio que el salmón no pasaba de los 5.500 euros. Una pieza de 6,7 kilos merecía algo más. Enrique García lo había conseguido sacar a tierra poco después de las diez de la mañana. Y ahí levantó la mano el avilesino y se hizo con el preciado trofeo.
Cueto no es partidario de la venta de salmón a lo largo de la temporada, pero sí del campanu. «Creo que la normativa del año pasado, por la que cada pescador sólo podía sacar tres salmones, era la correcta», mantiene el propietario del primer salmón de la temporada, para el que esa medida «animaba a todo el mundo a acercarse al río».
«Yo me paso toda la semana aquí trabajando y cuando llega el fin de semana siempre te apetece pasar el día pescando», mantiene Cueto. Mientras que puede encajar su vida laboral al frente de la carnicería con unos lances en el río tendrá tiempo para disfrutar de un campanu de seis mil euros.
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