El cetáceo que apareció varado ayer en la playa ferrolana de Vilar |
El fugaz paso por Galicia de Petra, una profunda borrasca procedente del sur de Islandia, se saldó ayer sin incidentes graves y con registros muy inferiores a los del Xynthia o el Klaus, aunque también provocó vientos huracanados, lluvias muy intensas en A Coruña y Pontevedra y fuerte oleaje en todo el litoral. Entre la medianoche y las primeras horas de ayer, Petra alcanzó su máxima intensidad, barriendo Galicia con vientos que superaron los 100 kilómetros por hora en una docena de puntos del litoral y en zonas de alta montaña, y una ráfaga máxima de 153,2 kilómetros por hora en Carballeda (Ourense).
Fue el registro más extremo de la jornada aunque también en Cedeira se alcanzaron valores espectaculares (142,9 km/h y en concellos como Lousame, Burela, Abadín, Cuntis o Vimianzo las ráfagas llegaron a ser huracanadas, al superar los 117 km/h. En el resto de la comunidad, el paso de la borrasca también se dejó sentir y se registraron rachas de más de 70 km/h prácticamente en todas las estaciones.
La combinación de viento, lluvia y oleaje provocó de madrugada y en las primeras horas del día 55 incidencias menores, 23 de ellas en A Coruña, la provincia más afectada. El pico de llamadas al 112 se produjo entre las 08.00 y las 10.00 horas y en su mayoría fueron avisos por ramas y árboles caídos sobre caminos y vías secundarias, contenedores y mobiliario urbano desplazado por el viento, arquetas levantadas por el agua y algún poste telefónico y eléctrico afectado.
En Cambre se desprendió parte del cableado telefónico cerca de una vía municipal y en Oleiros un árbol cayó en el tendido eléctrico y mientras se procedía a su retirada hubo que cortar hora y media la calle Lagarteira. En Pontevedra los bomberos tuvieron que intervenir para fijar unos cristales en un edificio y en la playa de Silgar (Sanxenxo) apareció una boya. También arrastrados por el fuerte oleaje, un cachalote de 10 metros en avanzado estado de descomposición y que probablemente llevaba semanas muerto varó en playa América (Nigrán) y otros dos cetáceos (calderones) aparecieron en dos playas de Ferrol. Los expertos atribuyen estos últimos varamientos, frecuentes en Galicia en el mes de abril, a la propia dinámica de las corrientes marinas.
La combinación de vientos de fuerza 8 (de entre 60 y 74 km/h) con mar de fondo obligó a que prácticamente la totalidad de la flota pesquera permaneciese en puerto. La alerta naranja decretada ante la previsión de olas de hasta seis metros se vio superada y sobre todo a partir del mediodía las boyas de Estaca de Bares (en Ortigueira) registraron valores de 7,68 metros, es decir, que llegó a haber olas aisladas de casi 14 metros. Pero también cerca de la costa el mar golpeó con dureza. La boya del puerto de A Coruña marcó a las 17.00 horas 4,85 metros de altura significante, lo que significa que hubo picos que rozaron los nueve metros.
En cuanto a la lluvia, también se cumplieron las previsiones. El sur de A Coruña y el interior de Pontevedra fueron las zonas más afectadas, superándose los 40 litros por metro cuadrado en media docena de estaciones. Según los datos de MeteoGalicia, Fornelos de Montes (54,4 litros), Forcarei (50,4) y Santa Comba (50,1) registraron los valores más altos, mientras que en Ribadumia a las 04.20 de la madrugada una auténtica tromba de agua dejó más de 19 litros en solo una hora.
El paso de Petra por la comunidad no ha hecho más que confirmar lo que ya apuntaban hace una semana los balances provisionales de MeteoGalicia: que este abril superará con creces las precipitaciones habituales para esta época del año. Así lo indican los registros de las principales estaciones de la comunidad -salvo la de Santiago, donde los valores todavía están dentro de la horquilla habitual-. Y en el caso de A Coruña y de Lugo, el agua acumulada hasta ayer incluso duplica las precipitaciones medias normales.
En la ciudad herculina, se recogieron 148,93 litros en lo que va de abril (incluidos los 16,6 de ayer) mientras que los registros de los últimos 30 años indican que lo habitual es que las precipitaciones de todo el mes oscilen entre los 67 y los 88 litros. Algo similar ocurre en Lugo, que según los registros de la estación del campus lleva acumulados 129,2 litros frente a la horquilla media habitual: entre 57 y 77 litros. Y aunque estos son los casos más extremos, también en Ourense (105,1 litros), Pontevedra (173,2) y Vigo (140,6) ha llovido, hasta el momento, más lo habitual. Y todo apunta que seguirá haciéndolo.
Aunque hoy la única alerta activa será en el mar, ante la previsión de que se mantenga el fuerte oleaje hasta el mediodía, un nuevo frente dejará precipitaciones intermitentes en toda la comunidad, que en A Coruña y Pontevedra podrían ser localmente intensas. Mañana no cambiará el panorama, salvo que las lluvias podrán venir acompañadas de tormentas. Y el fin de semana se mantendrá la inestabilidad y el riesgo de precipitaciones, sobre todo en la mitad norte, así como el frío, otra de las características de este atípico mes de abril.
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