Quedan seis días para la víspera de San Juan, cuando teóricamente la sardina está en uno de sus mejores momentos porque moja el pan con esa grasilla que la hace tan jugosa y sana. Si los cerqueros de Celeiro y Foz siguen como en los últimos días, comerla el próximo sábado será un lujo. Más allá de que el precio pueda dispararse, lo realmente complicado será encontrar dónde comprarla. Escasea, como en los dos años anteriores, y los pesqueros no consiguen capturarla porque parece haberse esfumado del mar.
Los científicos corroboran lo que cuentan los pescadores. Los recursos de sardina en aguas ibéricas atraviesan una situación delicada. No solo en el Cantábrico que baña A Mariña, sino también en las costas atlánticas de Galicia y de Portugal. Ese pez pelágico no se acerca a esas aguas como antaño, cuando los desembarcos, a estas alturas de la campaña, doblaban o multiplicaban por cinco o seis a los actuales.
Basándose en los datos remitidos por Armadores de Burela y Puerto de Celeiro, y publicados en pescadegalicia.com, en el estadillo anexo puede verse cuántos kilos de sardina vendieron las rulas burelense y celeirense desde principios de mayo hasta mediados de junio en los últimos nueve años.
En este persiste la tónica de los dos pasados. En los cuatro días de la semana en los que los cerqueros podían capturarla, en la lonja de Celeiro se subastó sardina tres días y en la de Burela, dos. Que solo se vendiese en la rula celeirense disparó el precio el martes, cuando la caja de catorce kilos se pagó entre 45 y 70 euros, con lo que el kilo sale entre 3,21 y 5 euros. Al día siguiente hubo sardina en las dos lonjas, pasando la caja de 19,90 a 35 euros. El jueves volvió a venderse en ambas, pagándose la caja de 25 a 40 euros.
Durante la próxima semana, si los cerqueros la encuentran, podrá subastarse de martes a viernes. En la que hoy acaba, en las pescaderías se vendía de 5 a 6 euros el kilo, porque, además de pocas, son pequeñas.
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