Un pescador, en el coto del Puente Quinzanas, situado en el río Narcea |
Dice la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial que pagar por un coto para pescar en los ríos salmoneros asturianos «es prácticamente como tirar el dinero». Al menos, esa es la opinión de su presidente, Delfín Puente, quien asegura que «bastante más de la mitad» de las piezas capturadas hasta ahora en la región han salido de las zonas libres. Según Puente, la normativa impuesta por el Gobierno de Álvarez-Cascos -que eliminó gran parte de las restricciones fijadas durante las dos campañas anteriores para conservar la especie- está provocando que los salmones no lleguen a los cotos de las partes altas de los cauces, a causa de la proliferación de pescadores en las zonas abiertas. «En las libres pueden juntarse hasta treinta cañas, por lo que es normal que cada vez remonten menos peces hacia las partes altas de los ríos. Ahora mismo es absurdo pagar un coto», subraya Delfín Puente.
El Gobierno de Foro decidió acabar, entre otras cosas, con la pesca sin muerte y con los cotos parciales. Además, sólo estableció veda total los jueves que no sean festivos, por lo que se recuperaron las jornadas de pesca de los lunes. El cupo se estableció en dos salmones por semana y por pescador en las zonas libres, y uno en los cotos, mientras que en los dos años anteriores sólo se podían pescar tres piezas por pescador en toda la temporada. El Ejecutivo casquista, en un primer borrador, no preveía ni vedas ni cupos, pero fueron las propias sociedades de pescadores las que convencieron al Principado para que suavizase la norma, tras varias reuniones no exentas de polémica.
«Hoy en día, con una licencia que cuesta 16 euros, un pescador tiene libertad para pescar hasta 38 salmones a lo largo de la temporada, algo que es inadmisible si queremos conservar la especie», señala Puente. Un coto para tres personas ronda los 120 euros.
La Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial apuesta por acotar íntegramente todos los ríos salmoneros, es decir, que desaparezcan las zonas libres para salvar la especie. «Ahora, los pescadores tenemos opción a dos o tres cotos por temporada. En el caso de que los ríos estuviesen acotados, podríamos optar a ocho o diez por año, que ya es suficiente», sostiene Delfín Puente. «Lo primero es el salmón y, después, los pescadores; eso está muy claro y hay que actuar en consecuencia», añade.
No obstante, en el caso de que no se acoten todos los ríos, «al menos habría que hacer una ordenación correcta de los cauces», asevera Puente. «Técnicamente, un río de salmón tendría que tener los cotos ordenados desde la desembocadura hasta el nacimiento y no al revés. Las zonas libres tendrían que estar por encima de los cotos, ya que así los salmones encontrarían a los pescadores de tres en tres en la fase de remonte, y no a 25 o a 30 personas apostadas en esos sitios libres, que no los dejan subir a las partes altas de los cauces», sentencia Puente.
Antón Caldevilla |
Por su parte, la asociación de pescadores del Oriente «El Esmerillón» le responde y acusa al presidente de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial , Delfín Puente, de «mentir deliberadamente» al asegurar que los pescadores sólo tienen opción a solicitar pesca en tres cotos por temporada, «sabiendo de sobra que esta campaña sobraron cotos que muchos pescadores se beneficiaron de ello». Estas son algunas de las acusaciones que realizó ayer el presidente de la asociación, con sede en Cangas de Onís, Antón Caldevilla.
Por otro lado, Caldevilla arremetió contra las afirmaciones de Puente en las aseguró también que si se acotaran íntegramente todos los ríos salmoneros, es decir, que desaparecieran las zonas libres de pesca, la especie se salvaría. En su opinión, en ningún caso sería cierto, ya que según los datos que se tienen de el río Sella, los salmones son pescados en mayor número en las zonas altas de los ríos donde están los cotos y no en las zonas bajas libres. Como es sabido, resaltó el presidente de la asociación de pescadores, «los salmones suben en su mayoría a las zonas de su nacimiento o desove y hay datos que lo demuestran, así como siempre se pescó una minoría en las zonas bajas».
Con declaraciones como las de Puente, expuso Caldevilla, «sólo se hace confundir a la gente, ya que no tiene nada que ver la normativa para que los salmones suban o no a los lugares de nacimiento de los ríos». El de «El Esmerillón» se queja de que se engloba a todos los pescadores en unos hechos que «no son la realidad».
Para Caldevilla esta medida de acotar íntegramente el río sería «literalmente cargarse la economía de la ribera de los ríos». Además de perjudicar al pescador, que tiene afición y no dispone de recursos para pagar un coto. «Tiene que haber zonas libres para que todos dispongan de igualdad», insistió.
El presidente de «El Esmerillón» instó al presidente de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial a sentarse en un consejo de pesca cualquiera y «ver la realidad» de los que opinan los pescadores, ya que para él, Puente «ignora lo que es la pesca». Además, lo invitó a debatir públicamente con datos «y no diciendo medias verdades teniendo el puesto que tiene».
El presidente del colectivo aconseja a Fermín Puente que «acuda a los consejos de pesca y se deje de dar declaraciones desde el despacho», ya que en su opinión «ignora lo que es la pesca». «Lo que parece claro es que esta asociación se quiere cargar la rivera, de cuya economía vive mucha gente», señaló Caldevilla. El volumen de capturas es otro punto en el que el Esmerillón difiere con la asociación asturiana, ya que consideran que se están falseando. «No sé si se creerán que los salmones vienen con un asa como las maletas. Pescarlos es como jugar a la lotería, algo impredecible», ironizó el portavoz.
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