La nueva fábrica producirá anualmente hasta 1,2 millones de litros de biodiésel y 2,2 millones de litros de bioetanol |
Brasil iniciará el año próximo la producción industrial de biodiésel y bioetanol a partir de algas marinas.
La primera planta de producción de este tipo de biocombustibles se construirá en Pernambuco, en el nordeste del país, tras el acuerdo alcanzado entre la compañía See Algae Technology (SAT), de Austria, y el Grupo JB, de Brasil.
La empresa austríaca aportará la tecnología y la firma brasileña, el espacio para construir la fábrica en Vitoria de Santo Antao, municipio ubicado a 53 kilómetros de Recife.
La planta y la granja marina de una hectárea de algas genéticamente modificadas serán instaladas en el último trimestre de 2013 con una inversión de 9,3 millones millones de dólares.
En la granja marina las algas se desarrollarán en un ambiente adecuado, que contará con un sistema que absorbe la luz del sol y transmite esta energía solar por fibra óptica hasta reactores cerrados en donde las algas realizan fotosíntesis.
También se aprovechará el dióxido de carbono (CO2) proveniente de la producción de etanol para favorecer la fotosíntesis y reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Ambas compañías esperan que la nueva fábrica produzca anualmente hasta 1,2 millones de litros de biodiésel y 2,2 millones de litros de bioetanol.
Según el presidente del Grupo JB, Carlos Beltrao, se prevé que el proyecto comience a operar en toda su capacidad en 2014, para cuando se inicie la construcción de otra planta en Linhares, municipio del estado de Espíritu Santo.
El combustible se producirá a partir de dos cepas de algas transgénicas desarrolladas por la firma austríaca.
SAT también acordó con la empresa sudamericana comercializar su tecnología de producción de algas en Brasil.
“Es un reciclaje [del CO2 emitido] y transformación en combustible. Una hectárea de algas consume 5.000 toneladas de dióxido de carbono al año. El CO2, que es el villano del clima, se convierte en materia prima valorizada”, dijo Rafael Bianchini, director de SAT en Brasil.
Con la extracción de ácidos grasos omega 3 de las algas procesadas y su comercialización por parte de empresas brasileñas, Bianchini espera contribuir a la reducción de la pesca de especies marinas que ya están sufriendo el impacto de la depredación.
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