lunes, 2 de julio de 2012
España escribe la página mas bella de la historia del fútbol
La imagen de los niños, que en su inocencia y celebrando algo que todavía desconocen, lo dice todo. España escribió ayer la página mas bella de la historia del fútbol. Será recordada permanentemente por quién tuvimos la suerte de verlo. Nadie, ni en los mejores sueños, podía pensar en ganar una final por 4-0, a Italia, o a cualquier otra selección. Estos futbolistas no tienen límite.
El logro de la selección no está sólo en las vitrinas. No es sólo una secuencia de triunfos que nadie ha conseguido en la historia. Es mucho más que todo eso, el de un juego, el fútbol, de un estilo y de un grupo ejemplar de personas de personalidad muy modesta y que fomentan el compañerismo.
Lo que ha conseguido este equipo queda en la memoria colectiva de todas las aficiones, no sólo de los españoles que hoy nos sentimos orgullosos. La afición de todo el mundo invocará para siempre a esta selección como cita los legendarios equipos del Brasil del 70, la Naranja Mecánica holandesa o la Argentina de Maradona.
España ha entrado en una nueva dimensión. Universal. Sólo la perspectiva del tiempo nos permitirá calibrar la grandeza de este formidable ciclo de éxitos. Es la de una manera de entender el fútbol y de vivir el deporte. Esta España es por eso un equipo irrepetible.
Efectivamente, somos leyenda. Jamás ninguna selección doblegó a otra en una final de Eurocopa o un Mundial de esa manera, por cuatro goles. Solo se la acercan los triunfos de la mítica Brasil de Pelé, que en el 58 superó cinco a dos a Suecia y en el 70, por cuatro a uno, también a Italia. Y la Italia que enloqueció a Sandro Pertini en el Bernabéu que superó a Alemania en el 82 por tres goles a uno.
En Eurocopas solo la Alemania de Beckenbauer goleó por tres a cero a Rusia en el 72. La Alemania de Maier, Beckenbauer y Torpedo Müller, que fue la única que estuvo a punto de lograr una triple corona (dos Eurocopas y un Mundial), pero que se les escapó contra los checos con el penalti de Panenka. Ayer a España no se les escapó.
Si fuese brasileño estaría un poco nervioso para el próximo Mundial. Esta España y esta forma jugar como un reloj tienen cuerda para rato. El mayor es Xavi Hernández y llegará a Brasil con 34, para el tipo de fútbol que hace él, una edad estupenda. España sobrevivió en defensa en la Eurocopa, siempre un torneo complicado, gracias a Iker y la formidable dobles parejas de Piqué y Ramos y de Xabi Alonso y Busquets. Solo encajó un gol en todo el campeonato.
Y en ataque aparecimos gracias a una banda izquierda de fábula. Iniesta y Jordi Alba sostuvieron al equipo en momentos complicados, con un travieso Cesc y un intermitente Silva. Pero todos los astros (los jugadores) se conjuraron en la final para aparecer de verdad. Volvieron a ser los de la primera Eurocopa y los del Mundial. Esa resurrección en el momento definitivo tuvo su fórmula mágica en Xavi Hernández. (Re)apareció y el billar fue imparable, cegador. Se resume en las lágrimas de Balotelli y Pirlo y en Platini harto de darle la Copa a Casillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario