América Latina ha recibido un duro revés en sus aspiraciones de crear un santuario ballenero en el Atlántico Sur.
Los latinoamericanos, que lideran el sector conservacionista dentro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), reunida en Panamá hasta el 6 de julio, han señalado que ayer fue una jornada «histórica», ya que, «por primera vez» y después de 11 años de intentos fallidos, su propuesta fue votada en el pleno.
Los países latinoamericanos y caribeños, representados en el llamado Grupo de Buenos Aires, han anunciado que insistirán en el asunto en futuras reuniones del organismo, creado en 1946 e integrado por 89 países en la actualidad.
El Grupo de Buenos Aires, formado por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Perú, Uruguay y México, surgió en 2005.
La proposición latinoamericana recibió el respaldo de 38 de los 61 países presentes en la reunión (65%), pero los estatutos de la CBI establecen que las resoluciones deben ser aprobadas por el 75% de los países presentes en el pleno.
Dos miembros se abstuvieron y 21 votaron en contra de la inciativa, presentada por primera vez en el 2001 por medio de Brasil y con el apoyo de Argentina.
Las tácticas dilatorias implementadas por los países que promueven la caza comercial, liderados por Japón, habían impedido hasta ahora que se votara la cuestión del Santuario de ballenas en el Atlántico Sur. Tal situación ha generado dudas sobre la capacidad de la CBI para asumir el reto de la conservación de los cetáceos. Algunos sectores ambientalistas, de hecho, han sugerido que sea otro organismo, e incluso la ONU , la que tome las riendas del asunto.
En los santuarios está prohibida la caza comercial de ballenas. Hoy existen dos: el del Mar Austral y el del Océano Índico, establecidos por la CBI en 1994 y 1979, respectivamente, que representan cerca de un tercio de los mares mundiales.
Con la propuesta del Santuario del Atlántico Sur se protegerían 54 especies que representan más de un 60% de los cetáceos del planeta, siete de ellas intensamente migratorias, explican los ecologistas.
Otro tema que centrará buena parte de los debates de la reunión 64 reunión anual de la CBI tendrá que ver con la cuota de caza de subsistencia aborigen, impulsado por Estados Unidos, Rusia y Groenlandia con el apoyo de Dinamarca y San Vicente y Granadinas.
«La caza aborigen ha ido enmascarando la caza indiscriminada de algunos países, porque este tipo de actividad permite operaciones ilegales o de índole comercial», asegura el representante dominicano, Peter Sánchez.
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