«Creo que no tengo madera de parlamentario». Lo confiesa Guillermo Collarte (Ourense, 1954), que dejó solo hace unos meses la dirección corporativa de Isolux Corsán para dedicarse a la política como el fichaje estrella del PP de Ourense para las últimas municipales. Al poco de llegar al Congreso, recibió una oferta para volver al sector privado que no quiere concretar. «Fue una decisión que me costó mucho tomar, pero ahora ya tengo asumido que soy diputado y tengo que ejercer como tal», afirma.
-¿Le decepcionó no ocupar ningún cargo en el Gobierno?
-No te oculto que una cierta decepción sí que supuso. No por el aspecto personal, pero sí porque me parecía que podía ser mucho más aprovechable, pero los señores de arriba consideraron que debo estar en el grupo y que hay otra gente que se supone que está más capacitada o que reúne más condiciones que yo.
-¿Es compatible su escaño con su responsabilidad como edil?
-Le di muchas vueltas a eso porque tres semanas al mes tengo que estar en Madrid y eso te desconecta un poco de la ciudad, pero si dejara de ser concejal me desconectaría más aún. Reconozco que probablemente lo lógico es que sea concejal un señor que está permanentemente aquí, pero yo tengo un compromiso. No sé si hay mucha o poca gente que votó esas listas porque iba yo, pero aunque fuera solo uno me llega.
-Dicen que en su propio partido le piden que deje el Concello.
-A mí nadie me ha dicho nada, ni Manuel Baltar ni Rosendo [portavoz del PP]. Que hay cierto bulebule, sí, pero a mí nadie me lo ha insinuado.
-Baltar le propuso el salto a la política y parece que ahora su relación se ha enfriado. ¿Es así?
-Este es un misterio que conviene aclarar. Quien me metió en este lío fue Baltar padre, que me planteó en octubre del 2010 ir de diputado por Ourense. A raíz de eso hablé mucho con Manuel Baltar y, que yo sepa, no ha habido nada que enturbie nuestra relación de momento.
-Los políticos están en el punto de mira. ¿Usted se siente útil en el Congreso teniendo en cuenta que no ha firmado aún ni una iniciativa parlamentaria?
-Claro, pero porque normalmente el grupo que está en el Gobierno no hace eso. Yo presentaría montones, pero si tienes iniciativas las hablas con la dirección del partido o con el Gobierno. El BNG tiene dos diputados que presentan todos los días 5 o 6 y da la sensación de que los diputados del grupo de gobierno solo vamos a levantar la mano, pero es que es así. El papel de diputado lleva mucho de ser bien mandado, pero esto está configurado así.
-Se le ha criticado mucho por cobrar las dietas para desplazamientos pese a tener vivienda en Madrid, ¿por qué lo hace?
-Cuando salió la noticia de que Toni Cantó renunciaba a la dieta porque reside en Madrid, yo fui a renunciar, pero me dijeron que formalmente no puedo. Toni lo que hace es donar la diferencia a una oenegé, creo.
-Pero ¿ve justificado ese complemento?
-Depende de lo que hagas. Yo vengo a Ourense todas las semanas y es verdad que nos pagan los billetes y que aquí vivo en casa de mi madre, pero como fuera, ceno fuera y la gasolina me la pago yo. Si un diputado vive en Madrid, tiene que hacer el viaje inverso para ir a su circunscripción. Entre los 416 euros que me dan por ser concejal, que no me llega para nada, los 4.200 netos más o menos que gano como diputado y los 290 que me dan por los trienios como funcionario de la Xunta, en total gano unos 5.100 euros y las paso bastante canutas. Reconozco que soy un privilegiado, pero viniendo del nivel de ingresos que tenía es un palo muy grande.
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