Marisqueo en la ría de Ferrol |
Análisis realizados por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) volvieron a indicar la presencia de la toxina lipofílica en la ría de Ferrol, un día después de que los mariscadores de las cofradías de Ferrol y Barallobre habían retomado la actividad.
Agosto es el mes más importante para las cofradías gallegas en cuanto a las ventas, pero este año ha sido el peor para los mariscadores como consecuencia de la toxina y las elevadas mortalidades.
Mientras se esperan los nuevos resultados, es probable que sea imposible llevar marisco a las bateas el lunes, como estaba planeado.
Además de la presencia de toxina, el sector debe afrontar la pérdida de los mariscos depositados en las instalaciones depuradoras a mediados de agosto.
La cofradía de Ferrol informó el miércoles que unos 1.200 kilogramos de almeja babosa estaban inservibles para subastar, con casi la totalidad de los moluscos muertos.
Y el jueves, Barallobre desistió de llevar a la lonja los 1.000 kg que había depositado el 13 y 14 de agosto, y que no se retiraron antes por culpa de la toxina.
El patrón mayor de Ferrol, Rubén Ferrer; y el vicepatrón de Barallobre, Manuel Bañobre, aseguran que las bateas “están arruinando a las cofradías”, debido a que la alta mortandad de marisco que registran las cajas de las bateas está causando importantes pérdidas a los pósitos de la ría.
Durante septiembre, los pósitos deberán enviar a la Xunta de Galicia informes con datos sobre la mortandad registrada para que el Gobierno gallego les devuelva el dinero perdido.
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