Las truchas no alcanzaban el tamaño legal: 19 centímteros para cualquier río y 21 para el Ulla o el Deza |
El operativo «Truchita» ha dado este fin de semana un nuevo golpe al furtivismo al incautar una partida de truchas ilegales en un restaurante del municipio de Vila de Cruces.
La operación fue llevada a cabo por un equipo de cinco agentes facultativos medioambientales pertenecientes al Servicio de conservación de la naturaleza de la Consellería de Medio Ambiente. Los agentes - que realizaban una inspección rutinaria en el local hostelero- localizaron dentro de un congelador un recipiente que contenía en su interior un total de 35 truchas congeladas. Además de estar en época de veda -la temporada de pesca de la trucha terminó en Galicia el día 31 de julio-, los pescados presentaban medidas muy inferiores a las exigidas por el reglamento. Según la normativa actual, las truchas han de tener un mínimo de 19 centímetros para poder ser pescadas en cualquier río y 21 si se trata de especímenes de los ríos Ulla o Deza.
En el caso del restaurante cruceño, el peso total de las 35 truchas decomisadas era de 800 gramos y algunos ejemplares apenas alcanzaban los 12 centímetros. Tras la denuncia correspondiente, siguiendo los trámites legales, las truchas fueron decomisadas por los agentes facultativos y entregadas para su consumo en la residencia de mayores de A Estrada.
Además de ser ejemplares de tamaño ilegal, según la Lei de pesca fluvial 7/1992 de Galicia, los propietarios del restaurante cometieron una infracción grave por el simple hecho de estar en posesión para su comercialización de especies piscícolas de la familia de los salmónidos, en este caso truchas salvajes. La comercialización de estas especies está prohibida en cualquier época del año si no se dispone de la identificación oficial de los pescados. Las sanciones pueden oscilar entre los 3.000 y los 30.000 euros.
«La sanción por comercialización ilegal puede oscilar entre los 3.000 y los 30.000 euros»
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