Cecilia Giménez ataca de nuevo. La restauradora más famosa de los últimos tiempos vuelve a la palestra otra vez con su eccehomo. Pero esta vez desde una perspectiva muy distinta. La octogenaria artista de la localidad zaragozana de Borja quiere cobrar por el estropicio que hizo a la obra del siglo XIX. ¿Por qué? Porque la a Fundación Hospital Sancti Spiritus, propietaria del santuario donde está colocada la pintura decidió cobrar desde el pasado sábado.
Los responsables del Santuario de Misericordia vieron que desde que a finales de agosto se hizo pública la «restauración», el número de visitantes que han pasado por esta localidad se ha multiplicado, pero los ingresos por ver el cuadro eran ínfimos. La iglesia había optado por poner una urna para que los curiosos dejaran su voluntad. Sin embargo, los turistas no se rascaban el bolsillo. «De 20 personas que entraban solo echaba una, así que han decidido poner entrada. Aunque también es verdad que un día encontramos un billete de 50 euros dentro», explicó José María Aznar, uno de los responsables. Ante esta respuesta, se optó por establecer un precio de entrada.
La decisión ha enfadado a Cecilia y a su familia, que ha puesto esta decisión en manos de los abogados. Entienden que Cecilia, que no sale casi de casa por culpa de la repercusión mundial que ha tenido su trabajo, debería cobrar derechos de autor por la obra, ya que la fundación recibe unos ingresos por una «restauración» que ha hecho ella.
Por su parte, el Santuario de Misericordia ha puesto el caso también en manos de sus letrados para cubrirse las espaldas. Y, mientras tanto, el eccehomo sigue siendo noticia. Los empresarios de la zona quieren sacar réditos de este fenómeno que ha llegado a todos los confines del planeta. La imagen del eccehomo se ha publicado en periódicos de 160 países del mundo, entre ellos en algunos tan lejanos como Irán, Afganistán, China, Japón e incluso en las Islas Vírgenes.
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