Limpieza en el río Gallo

Dos participantes en la jornada de limpieza muestran el tambor de una lavadora

Una carretilla, el asiento de un coche o componentes de una lavadora son algunos de los objetos que se pueden hallar en un vertedero. Pero también en lugares que resultan insólitos para la mayoría y por los que todavía optan algunos a la hora de deshacerse de sus residuos. Esos desperdicios fue solo parte de los que se retiraron en medio kilómetro del cauce del río Gallo cerca de Cuntis. La asociación O Fervedoiro eliminó más de 200 kilos de chatarra en ese tramo.

Este sorprendente balance llega después de solo tres años sin que el colectivo ecologista realizase las mencionadas labores en el mismo tramo del río. Desde 2009 hubo quien arrojó al agua y sus orillas toda clase de artículos contaminantes: colchones, latas, restos de obras, juguetes o preservativos. Fueron diez voluntarios los que quitaron toda la basura de este espacio natural. Desde el colectivo lamentan que aún hoy en día haya gente que no está concienciada con el cuidado de los ríos.

"Tenemos que continuar en la defensa de nuestros ecosistemas y del medio natural, vivir de frente a él y no de espaldas; no podemos seguir amenazando y depredando la biodiversidad", subrayan desde O Fervedoiro, conscientes de que "durante los últimos años se produjeron muchos vertidos incontrolados al río y aún hoy esto sigue ocurriendo". De todas maneras, este tipo de comportamientos, aunque resistan, parecen estarse reduciendo. "No se sacaron tantos residuos como en otras ocasiones", dicen.

Los más sorprendentes, tanto por su volumen como por su procedencia, se localizaron río abajo del núcleo urbano cuntiense. Allí se centraron las labores durante más de cinco horas. Pero también río arriba se procedió a esta actuación, sacando del caudal y su entorno 50 kilos de residuos. Asimismo, entre otras críticas, desde O Fervedoiro denuncian que "en la zona de las piscinas sigue habiendo mucha espuma, posiblemente por el uso de detergentes".