La noticia parece extraída de un cuento de ciencia ficción, y sin embargo se produjo de verdad, para gran asombro de propios y extraños, y hasta mereció espacios en los diarios más serios de Francia.
En el Río Sena, el que cruza París volvió a aparecer, de manera espontánea, el salmón, un pez que se mueve durante la mayor parte de su vida adulta en el medio marino y que remonta cursos de agua dulce sólo para completar su proceso reproductor.
Hace unos días dos pescadores deportivos atraparon con su anzuelo un salmón de Atlántico de cuatro kilogramos debajo del puente de Puteaaux, a la entrada de la Ciudad Luz.
Luego de pesarlo y tomarle unas fotos para inmortalizar el insólito suceso los pescadores lo introdujeron en el agua para que siguiera su itinerario.
Desde el año 2008 ningún ejemplar fue observado en el Sena; el salmón había desaparecido de sus aguas a comienzos del siglo pasado.
Lo ocurrido invita al optimismo, es una clara muestra de que se han reducido considerablemente los niveles de contaminación del Sena que actualmente alberga ya a 33 especies de peces, 10 veces más que en 1970.
"Cada vez hay más peces que nadan por el Sena. Este año, supera todo lo que podíamos imaginar: ya debemos estar en un millar de salmones que han cruzado París", estimó Bernard Breton, secretario general de la Federación Nacional de Pesca de Francia (FNPF).
En 2008, según el Instituto Nacional de Investigación Agronómica (INRA), se contabilizaron 260 salmones mediante un sistema de vídeo en la represa de Poses, a la entrada de Ruán.
En ese año, un salmón atlántico de 7 kg fue pescado en Suresnes, en la entrada oeste de París, toda una primicia en 70 años, según la FNPF. Meses antes, en el mismo lugar, se pescó una trucha de 2.5 kg.
"Y en Pontoise, hace 15 días, un pescador capturó un salmón de 6 kg", explicó Breton.
El regreso de este emblemático pez se debe, según él, a que ha mejorado la calidad del agua.
"Hasta 1995, cada año había entre 300 y 500 toneladas de peces que morían en el Sena a causa de la contaminación".
Pero el Sindicato Interdepartamental para el Saneamiento de la Aglomeración Parisina ha hecho enormes esfuerzos por mejorar esa situación abriendo nuevas estaciones de depuración.
"Desde hace 15 años, prácticamente no hay polución orgánica grave en el Sena", afirmó.
Resultado: mientras en 1995 se contaban cuatro especies de peces en el Sena (anguilas, gobio, breca y pez carpa) ahora hay 32. Además del salmón, han vuelto la trucha de mar, el sábalo y la lamprea.
Los investigadores consideran al salmón como un "bioindicador", pues su presencia significa que el agua es relativamente de buena calidad.
Los investigadores del INRA, junto con la Oficina Nacional del Agua y los Medios Acuáticos y el Instituto de Investigaciones en Agronomía y Medioambiente quisieron saber más sobre el recorrido de estos peces que han vuelto al Sena.
De una muestra de siete salmones adultos, constataron que cuatro de ellos habían estado un tiempo corto, de año y medio, en el mar. Dos eran salmones pequeños de primavera (dos años en el mar) y el último era un gran salmón de primavera (tres años en el mar).
El Sena nace en el departamento de Côte-d'Or y desemboca en forma de estuario en El Havre, en la bahía del Sena, después de haber pasado por ciudades como Troie, París o Ruán.
Históricamente, el Sena estaba repleto de salmones. Pero la instalación de presas y otros obstáculos y sobre todo el fuerte aumento de la contaminación debida a los desechos industriales, agrícolas y domésticos provocaron una extinción de la especie a principios del siglo 20.
Hoy en día el salmón del Atlántico figura en la lista de peces amenazados en Europa.
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