El misterio de cómo los salmones navegan miles de millas en mar abierto para ubicar su río de origen antes de viajar aguas arriba para desovar intriga a los biólogos desde hace décadas. Ahora, un estudio nuevo podría dar una pista sobre la estrategia de migración de estos peces.
En el estudio, los científicos examinaron datos de pesquerías recopilados a lo largo de 56 años que documentan el regreso de los salmones rojos al río Fraser en Columbia Británica (Canadá), y observaron que la ruta que eligieron alrededor de la isla de Vancouver mostraba una correlación con cambios en la intensidad del campo geomagnético.
Los resultados de la investigación, que recibió el apoyo de Oregon Sea Grant y de la Fundación Nacional para las Ciencias, se publicaron esta semana en la revista Current Biology.
“Creemos que lo que sucede es que cuando los salmones abandonan el río como juveniles e ingresan al océano, graban el campo magnético y lo registran como un punto de ruta”, explica Nathan Putman, investigador postdoctoral de la Universidad del Estado de Oregón y autor principal del estudio. “Sirve como aproximación para la ubicación geográfica para su regreso como adultos; los acerca a su río y posteriormente podrían tener lugar otras pistas más sutiles.”
La tierra tiene un campo geomagnético predecible y consistente que se debilita a medida que uno se desplaza desde los polos hacia el Ecuador. El Polo Norte magnético tiene un gradiente de intensidad de aproximadamente 58 microteslas, mientras que el Ecuador tiene alrededor de 24 microteslas.
Los científicos especulan que el salmón que se origina en Oregón, que ha pasado de dos a cuatro años en el océano Pacífico norte, cerca de Canadá y Alaska, regresará siendo adulto después de viajar hacia el Sur frente a la costa, hasta que encuentra una intensidad de campo magnético similar a la de su juventud.
“Eso lo llevará a unos 50 ó 100 km de su río, y después tienen lugar las pistas olfativas o se despierta algún otro sentido”, dice Putman, quien conduce la investigación en el Departamento de Pesquerías y Vida Salvaje de la OSU.
La Isla de Vancouver constituye un laboratorio natural para el estudio del salmón, según los investigadores. Los salmones que regresan al río Fraser deben rodear la gran isla para llegar a la boca del río, eligiendo una ruta hacia el Norte o hacia el Sur.
En su estudio, los científicos determinaron que el “desvío” del campo geomagnético se correlaciona con la ruta que elige el salmón. Cuando el nivel de intensidad normal del río Fraser cambió hacia el Norte, los salmones rojos se inclinaron más a elegir la ruta hacia el Norte para su regreso, y cuando el campo cambió levemente hacia el Sur, eligieron la ruta hacia el Sur.
Este “cambio de campo” representó alrededor del 16% de la variación en la ruta de migración, precisa Putman, mientras que las variaciones en las temperaturas de la superficie del mar representaron el 22%. El efecto interactivo entre estas dos variables representó el 28% de la variación en la ruta de migración.
“El salmón es un pez de agua fría, y si no cambian las circunstancias, prefiere el agua fría”, agrega Putman, quien obtuvo su doctorado en Biología en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. “Pero el hecho de que también demuestren fidelidad geomagnética al elegir una ruta muestra que esto podría ser un instrumento principal en su caja de herramientas biológica para guiarlos a su hogar.”
Putman dice que sus estudios anteriores del río Columbia mostraron que la intensidad magnética cambia menos de 30 km en cualquier dirección durante un periodo de tres años, que es aproximadamente la cantidad de tiempo que muchos salmones pasan en el océano.
Putman y David Noakes, biólogo pesquero de la OSU, planean realizar más experimentos variando el campo magnético para los salmones en un montaje de laboratorio. Utilizarán para ello el criadero de investigación Oregon Hatchery Research Center, en la cuenca del río Alsea, en Oregón.
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