Desde el miércoles pasado, los pescadores de buques arrastreros, volanteros y palangreros acatan un paro espontáneo que ocasionará a partir de este viernes la falta de pescado en los mercados de Muxía, Burela, Ribeira, Celeiro, Muros y algunos de Asturias.
Los armadores y patrones de la flota del litoral contactaron a vendedores y mayoristas para comunicarles que desde hoy dejarán de suministrar pescado.
“Permitiremos que los barcos que todavía están faenando traigan esta madrugada las capturas y las vendan mañana [por hoy], pero son pocos ya los que quedan en la mar, tres de Marín y cuatro o cinco de Cedeira, y me consta que alguno ya se está viniendo para tierra”, dijo Javier Sar, portavoz de los armadores de Muxía.
La protesta gremial se dirige desde A Coruña, donde se instaló el centro de operaciones.
El sector manifestante mostró una pancarta resume una de sus principales preocupaciones: ‘Somos pescadores, no traficantes’.
Hasta la fecha, los barcos de cerco no se han sumado a la protesta.
Los pescadores denuncian que están sufriendo presiones por parte de los inspectores a la hora de pesar las capturas en el muelle de descarga en lugar del de destino, por el uso del diario electrónico y por el aumento de las sanciones.
Para el sector, esta situación se agravará con la entrada en vigencia del carné por puntos.
Los armadores y patrones afirman que sólo quieren que los dejen pescar y que no los traten como si fueran "delincuentes".
“Las cuotas son tan ridículas que, simplemente, no nos dan para subsistir”, protestó Basilio Otero, patrón mayor de la Cofradía de Burela.
Mientras que Amador Pita, armador del Pescorial, se quejó de que “un ovillo de hilo vale más que un kilogramo de pescado”.
Por su parte, fuentes de los armadores de Ribeira sostuvieron que el sector afronta “la escasez de cuotas pesqueras”, la “complejidad del uso del diario electrónico de abordo” y la introducción de la normativa de pesaje.
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